JOSÉ MARÍA DE HEREDIA.CUBA-FRANCIA 1842-1905

Français : Portrait de Charles Baudelaire.
Français : Portrait de Charles Baudelaire. (Photo credit: Wikipedia)
Catulle Mendès
Catulle Mendès (Photo credit: Wikipedia)
Français : Théophile Gautier
Français : Théophile Gautier (Photo credit: Wikipedia)

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JOSÉ MARÍA DE HEREDIA.CUBA-FRANCIA 1842-1905

JOSÉ MARÍA DE HEREDIA

Reseña biográfica

Poeta, dramaturgo y crítico francés, nacido en Cuba en 1842.
Hijo de padre cubano y madre francesa, recibió educación primaria en el colegio Saint Vincent de Senlis  de Paris. De regreso a La Habana en 1851, escribió los primeros versos en francés, y ante la imposibilidad de iniciar la carrera de  Derecho, regresó a Francia donde impresionado por la obra de Leconte de Lisle, ingresó al movimiento parnasiano constituyéndose en uno de sus principales representantes.

FUENTE : http://amediavoz.com

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En 1893 publicó una colección de sonetos«Los trofeos»,
considerada  su máxima obra, y en 1894 la«Historia de la Monja Alfére», memorias de Catalina de Erauso.
Fue Oficial de la Legión de Honor, y miembro de número de la  Academia Francesa desde 1894.
Falleció en  Houdan, Francia, en 1905. 

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El parnasianismo fue un movimiento literario francés de la segunda mitad del siglo XIX (ca1870) creado como reacción contra el romanticismo de Víctor Hugo, el subjetivismo y el socialismo artístico. Los fundadores de este movimiento fueron Théophile Gautier (18111872) y Leconte de Lisle (18181894).

FUENTE: http://es.wikipedia.org

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LECONTE DE LISLE

La palabra es de origen griego y hace referencia a la cima del monte Parnaso donde estaban las musas inspiradoras, que eran diosas menores.

Con respecto al parnasianismo francés, se formó en el año 1871 con motivo de la publicación de tres antologías poéticas tituladas El Parnaso contemporáneo. Figuraban allí poemas de Théophile GautierLeconte de LisleThéodore de BanvilleSully PrudhommeCatulle Mendès y Albert Mérat, a los que se les agregaban nombres de otros poetas que la historia del arte no clasificaría como parnasianos, entre ellos Charles Baudelaire.

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CHARLES BOUDELAIRE

SEIS POEMAS DE JOSÉ MARÍA DE HEREDIA

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Antonio y Cleopatra

Contemplaban los dos cómo dormía
el claro Egipto bajo el cielo ardiente
y cómo hacía Bubastis, lentamente,
desembocaba el Nilo en la bahía.

En su coraza el adalid sentía
-como a través de un sueño transparente-
desfallecer sumiso y atrayente
el cuerpo voluptuoso que ceñía.

Volviendo ella su rostro enamorado,
tendía con pasión los labios rojos
y las calras pupilas agoreras.

Y el guerrero, sobre ellas inclinado,
contemplaba en el fondo de sus ojos
otro mar en que huían las galeras.

Versión de Andrés Holguín

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El ánfora

Ha tallado el marfil una mano tan fina
que se miran de colcos los tupidos boscajes,
y Jasón, y los ojos de Medea, salvajes,
y el Toisón, que en el ápice de una estela culmina.

Cerca de ellos se tiende Nilo, fuente divina
de los ríos; y en medio de los verdes follajes
de los pámpanos, ebrias de vid de amplios frondajes,
las Bacantes circundan los altares de encina.

Abajo, el recio choque de los jinetes rudos.
Después, héroes muertos que abrazan los escudos,
y ancianos quejumbrosos y madres plañideras.

Y en fin, en forma de asa que suaviza sus flancos,
y oprimiendo en el borde los duros pechos blancos,
se abrevan en el ánfora sin fondolas quimeras.

Versión de Otto de Greiff

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El baño de las ninfas

Baña el Euxino un bosque de agrios arbustos lleno;
sobre la fuente un negro laurel la copa inclina,
y la Ninfa, sonriente, que a sus ramas se empina
huélla, tímida, el agua del arroyo sereno.

Otras, de un salto, se hunden en loco desenfreno
al oir la llamada de una oculta bocina,
y en las aguas movibles a menudo germina
un torso un claro bucle, o la rosa de un seno.

Alborozo divino las florestas asombra.
Mas de pronto dos ojos iluminan la sombra.
¡EISátiro! Y al eco de su gárrulo sistro

Huyen todas. Asi, si un cuervo grazna airado,
en las ondas del río locamente nevado
se esparce la bandada de cisnes del Caístro.

Versión de Otto de Greiff

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El estoque

«Calixto Papa» dice sobre la empuñadura.
La tiara y el trasmallo, las llaves y la barca,
en suntuoso relieve que el viejo escudo enmarca,
se unen al Buey heráldico sobre la plancha pura.

En el losange un Fauno de grotesca figura
sonríe entre las hiedras de florida comarca
y el metal es tan claro, si su hoja se enarca,
que el refulgente estoque, mas que hiere, fulgura.

Maese Antonio Pérez forjó para el primero
de los Borgias, un día, este labrado acero
como si presintiera su linaje preclaro.

Y describe a Alerjandro y a César esta espada
-con su puño de oro y su hoja bien templada-
mejor que en sus poemas Ariosto y Sannazaro.

Versión de Andrés Holguín

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El olvido

Los escombros del templo, sobre el alta colina,
yacen. Y en este erial, entre ramas fragosas,
los broncíneos héroes y marmóreas diosas
bajo el yugo cayeron de la muerte divina.

Al abrevar los bueyes, entona en su bocina
el pastor un antiguo cantar; y en las brumosas
tinieblas, se destacan sus formas prodigiosas
sobre el negro horizonte de la calma marina.

Cara a los viejos dioses, en primavera, siente
la tierra maternal cómo es fútil su canto,
y hace brotar del roto capitel otro acanto.

Mas al sueño ancestral el hombre indiferente
oye impasible, en medio de las noches serenas,
al mar que se acongoja llorando a las sirenas.

Versión de Otto de Greiff

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Estinfalia

Y aves mil, asu paso, por entre los fangales,
aquí y allá, del valle donde el héroe posa,
al escaparse en brusca ráfaga premurosa
agitaban en lúgubres lagos ondas letales.

Otras, cuando cruzaban los negros matorrales,
la frente acariciaron que en Onfalia reposa,
cuando ajustando al nervio la flecha victoriosa
el arquero divino traspasó los juncales.

De las nubes atónitas que de entonces horada,
y por rayos mortíferos de fuego coronada,
llovió una lluvia horrible con estridente grito.
Por fin el sol miró, detrás de los jirones
en que el arco del héroe trocó los nubarrones,
a Hércules sangrante sonriendo al infinito.

Versión de Otto de Greiff

Le cimetière marin de Saint-Paul (Île de la Ré...
Le cimetière marin de Saint-Paul (Île de la Réunion) (Photo credit: dalbera)
Luxembourg
Luxembourg (Photo credit: gabrilu)
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Lisle 034 (Photo credit: Michael Kappel)
English: The Hotel Inglaterra in Havana, Cuba
English: The Hotel Inglaterra in Havana, Cuba (Photo credit: Wikipedia)

JORGE GUILLÉN

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JORGE GUILLÉN

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TAN CORTA COMO ES LA VIDA,AÚN LA ACORTAMOS MÁS POR EL INSENSATO DESPERDICIO DEL TIEMPO. VICTOR HUGO

JORGE GUILLÉN

FUENTE: http://amediavoz.com

 

RESEÑA BIOGRÁFICA

Poeta español nacido en Valladolid en 1893.
Estudió Filosofía y Letras en Madrid, aunque se licenció en Granada en 1913. Fue lector de español
en La Sorbona entre 1917 y 1923 y Catedrático de Lengua y Literatura Españolas en Oxford.
Durante la guerra civil estuvo preso, logrando salir de España en 1938 para establecerse en Estados Unidos.
Fue profesor de varias universidades americanas, especialmente en la Universidad de Harvard.
Al morir Franco se estableció de nuevo en España donde obtuvo el premio Cervantes en 1976.
Se le considera el principal representante de la poesía pura en España.
Falleció en Málaga en 1984.   ©

FOTO ELSA GUILLEN

Advenimiento

¡Oh luna, cuánto abril,
qué vasto y dulce el aire!
Todo lo que perdí
volverá con las aves.

Sí, con las avecillas
que en coro de alborada
pían y pían, pían
sin designio de gracia.

La luna está muy cerca,
quieta en el aire nuestro.
El que yo fui me espera
bajo mis pensamientos.

Cantará el mi señor.
En la cima del ansia.
Arrebol, arrebol.
Entre el cielo y las auras.

¿Y se perdió aquel tiempo
que yo perdí?. La mano
dispone, dios ligero,
de esta luna sin año.

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Amor dormido

Dormías, los brazos me tendiste y por sorpresa
rodeaste mi insomnio. ¿Apartabas así
la noche desvelada, bajo la luna presa?
tu soñar me envolvía, soñado me sentí.

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Anillo

Ya es secreto el calor, ya es un retiro
de gozosa penumbra compartida.
Ondea la penumbra. No hay suspiro
flotante. Lo mejor soñado es vida.

El vaivén  de un silencio luminoso
frunce entre las persianas una fibra
palpitante. querencia del reposo:
una ilusión en el polvillo vibra.

Desde la sombra inmóvil, la almohada
brinda a los dos, felices, el verano
de una blancura tan afortunada
que se convierte en sumo acorde humano.

Los dos felices, en las soledades
del propio clima, salvo del invierno,
buscan en claroscuros sin edades
la refulgencia de un estío eterno.

Hay tanta plenitud en esta hora,
tranquila entre las palmas de algún hado,
que el curso del instante se demora
lentísimo, cortés, enamorado.

¡Gozo de gozos: el alma en la piel,
ante los dos el jardín inmortal,
el paraíso que es ella con él,
óptimo el árbol sin sombra de mal!

Luz nada más. He ahí los amantes.
Una armonía de montes y ríos,
amaneciendo en lejanos levantes,
vuelve inocentes los dos albedríos.

¿Dónde estará la apariencia sabida?
¿Quién es quien surge? Salud, inmediato
siempre, palpable misterio: presida
forma tan clara a un candor de arrebato.

¿Es la hermosura quien tanto arrebata,
o en la terrible alegría se anega
todo el impulso estival? (¡Oh beata
furia del mar, esa ola no es ciega!)

Aun retozando se afanan las bocas,
inexorables a fuerza de ruego.
(Risas de Junio, por entre unas rocas,
turban el límpido azul con su juego.)

¿Yace en los brazos un ansia agresiva ?
Calladamente resiste el acorde.
(¡Cuánto silencio de mar allá arriba!
Nunca hay fragor que el cantil no me asorde.)

Y se encarnizan los dos violentos
en la ternura que los encadena.
(El regocijo de los elementos
torna y retorna a la última arena.)

Ya las rodillas, humildes aposta,
saben de un sol que al espíritu asalta.
(El horizonte en alturas de costa
llega a la sal de una brisa más alta.)

¡Felicidad! El alud de un favor
corre hasta el pie, que retuerce su celo.
(Cruje el azul. Sinuoso calor
va alabeando la curva del cielo.)

Gozo de ser: el amante se pasma.
¡Oh derrochado presente inaudito,
Oh realidad en raudal sin fantasma!
Todo es potencia de atónito grito.

Alrededor se consuma el verano.
Es un anillo la tarde amarilla.
Sin una nube desciende el cercano
cielo a este ardor. ¡Sobrehumana, la arcilla!

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Cima de la delicia

¡Cima de la delicia!
Todo en el aire es pájaro.
Se cierne lo inmediato
resuelto en lejanía.

¡Hueste de esbeltas fuerzas!
¡Qué alacridad de mozo
en el espacio airoso,
henchido de presencia!

El mundo tiene cándida
profundidad de espejo.
Las más claras distancias
sueñan lo verdadero.

¡Dulzura de los años
irreparables! ¡Bodas
tardías con la historia
que desamé a diario!

Mas, todavía más.
Hacia el sol, en volandas
la plenitud se escapa.
¡Ya sólo sé cantar!


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Desnudo

Blancos, rosas… Azules casi en veta,
dos, mentales.
Puntos de luz latente dan señales
de una sombra secreta.
Pero el color, infiel a la penumbra,
se consolida en masa.
Yacente en el verano de la casa,
una forma se alumbra.
Claridad aguzada entre perfiles,
de tan puros tranquilos
que cortan y aniquilan con sus filos
las confusiones viles.
Desnuda está la carne. Su evidencia
se resuelve en reposo.
Monotonía justa: prodigioso
colmo de la presencia.
¡Plenitud inmediata, sin ambiente,
del cuerpo femenino!
Ningún primor: ni voz ni flor. ¿Destino?
Oh absoluto presente!

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Dominio del recuerdo

Un recuerdo -pasado deleitoso-
me ataca y se apodera
tanto de mí que interna primavera
me somete a su acoso.

Aquel amor aun vibra
bajo el impulso de una imagen, mero
fantasma. Pido, quiero.
un imán se me impone fibra a fibra.

El espíritu invade mi existencia
con poder soberano.
Espíritu ya es cuerpo. ¿Quién presencia
tal fusión, tal arcano?

Amor, que fue tan fuerte
durante aquel minuto fenecido,
saliendo de su nido
mental en sensación se me convierte.

Mi memoria ya es carne, ya un placer
-soñado- resucita,
ya la verdad de mi vivir da cita.
¿Alma, cuerpo ? Mi ser.

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Duermes. Mi mano toca sueño. Duermes…

Duermes. Mi mano toca sueño. Duermes.
Gozo de tu inocencia confiada,
de tu implícita forma en esa noche
que hace tan suya con amor la mano.

Te siento dormir sin verte,
serenísima, sagrada,
nunca imagen de la muerte,
y oponiéndote a la nada
triunfar como piedra inerte.

La delicada masa de tu sueño
se espesa junto a mí, sin paz nocturna,
que así convive con la invulnerable,
cuyo retorno al despertar es siempre
la súbita inmersión en nuestra dicha.

Sumido en un calor de dos, el sueño
relaja su clausura, casi abierta
dulcemente hacia el día aún isleño.
Calor, amor.
La historia tras la puerta.

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English: The Azure Window near San Lawrenz, Gozo. Deutsch: Der bekannte Felsbogen Azure Window nahe San Lawrenz, Gozo. (Photo credit: Wikipedia)

CHARLES MARIE RENÉ LECONTE DE LISLE.»PARNASIANISTA»

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Leconte de Lisle

Charles Marie René Leconte de Lisle (Saint-Paul22 de octubre de 1818 – Voisins-le-Bretonneux17 de julio de 1894) fue un poeta parnasianista francés.

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Su vida

Su padre, cirujano militar, lo hizo viajar con él a través de sus periplos por el Océano Índico (fue influenciado por la India antigua) para prepararlo para una carrera comercial. Estudió lenguas (especialmente griego e italiano), historia y Derecho en Rennes en 1837, pero abandonó muy seguido todo eso (le faltaban cuatro años para graduarse) para dedicarse a su pasión de la vida, la poesía; desde entonces su familia le cortó la manutención. Denunció la esclavitud, a pesar que era una importante fuente de rentas para los suyos. En 1846 se instaló en París donde frecuentaría a los falansterianos.

Partidario de la revolución de 1848, lucho por las ideas socialistas y contra el esclavismo. Pero rápidamente decepcionado del gobierno provisional, colaboró esporádicamente en 1849 en la reforma de Lamennais.

Vencido en las elecciones de 1848, vivió durante largo tiempo de lecciones particulares, trabajos no firmados, traducciones, préstamos, algunos premios y subsidios antes de recibir una pensión en tiempos del Segundo Imperio que le permitió solventar las necesidades de su madre y de sus hermanas, quienes se habían instalado con él. Después sería nombrado bibliotecario adjunto en tiempos de la Tercera República. En 1887 ingresó a la academia ocupando el sillón de Víctor Hugo, del que antes había sido uno de sus protegidos.

Tres colecciones parnasianas en las que que el pesimismo late y el estilo clásico dominan: los « Poèmes antiques » (1852), los « Poèmes barbares » (1862) y los « Poèmes tragiques » (1884). La energía pasional, la interpretación simbólica de la naturaleza, el gusto por el color y el exotismo y la libertad en la fantasía lo ligan al Romanticismo.

Considerado como uno de los Poetas franceses más importantes del siglo XIX, sus « Poèmes antiques » (1852), y su prefacio (igualmente admirado de Victor Hugo) iniciaron una influencia que duró más de treinta años, el movimiento literario llamado parnasianismo o « l’Art pour l’Art », se afirma no contra el romanticismo sino más bien contra el romanticismo fantasista y estéril de los Jeunes-France y también en contra del sentimentalismo. Desde ese momento fue apodado como el « Maître du Parnasse ».

Publica igualmente de 1861 a 1885 numerosas traducciones de autores griegos antiguos, como Homero, Sófocles y Esquilo.

Murió en Voisins, cerca de Louveciennes, en el departamento de Yvelines.

FUENTE: http://es.wikipedia.org

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De los modernos

» Vivís en rebeldía, pero sin sueños, sin destino,
más viejos, más decrépitos que este mundo infecundo,
castrados desde la cuna por el siglo asesino
de todo ardor noble, vigoroso y profundo.

Vuestra mente está tan vacía como vuestro sino,
y habéis mancillado este miserable mundo
con una sangre corrompida, con un aliento dañino,
y la muerte crece sola en este fango inmundo.

Hombres, cazadores de dioses, cerca los tiempos están,
donde los grandes pilares de oro se enlodarán,
donde el fértil sol roerá las más grandes rocas.

Impávidos en el día y en la noche sin remedio,
nacidos en la estulta nada del supremo tedio,
morís estólidamente cuando abrís vuestras bocas. »

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Zdjęcie Leconte de Lisle’a wykonane przez Gasparda-Félixa Tournachona (zm. 1910) około lat 50-60 XIX wieku. Źródło: http://student.britannica.com/eb/art/print?id=57804. Author=Gaspard-Félix Tournachon, Date=1850-1860 (an author of the photo died in 1910). (Photo credit: Wikipedia)

El colibrí

» El verde colibrí, rey de las colinas,
Viendo la aurora y el sol claro
Brillar en su nido de hierbas finas,
Como fresco rayo del aire escapado.

Alzó el vuelo por las fuentes vecinas,
Donde siente el bambú el mar azaro,
Donde la Asoka de fragancias divinas
Y al corazón un relámpago ha dado.

Hacia la dorada flor desciende, se posa,
Liba tanto amor en la copa de la rosa,
Que muere salado, sin agotarla, tal vez.

En tu labios puros, ¡oh, mi bien amado!
¡Cómo el alma que quiso perecer
Del primer beso que la ha perfumado! »

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El Eclesiastés

» Un perro vivo vale menos -el Eclesiastés ha contado-
Que un león muerto. Excepto, ciertamente, comer y beber,
Todo es sombra, humo. El mundo es viejo para permanecer,
La náusea de vivir el sepulcro negro ocupado.

En las antiguas noches, de cara a los cielos, he mirado
Desde lo alto de la torre, como un promontorio, oler
En el silencio; a lo lejos, dejad de mirar a los ojos, caer
En la sombra de tu trono de marfil como he soñado.

Viejo amante del sol que lloráis de esta manera,
La inevitable muerte es, también, una mentira fiera.
¡Dichosos los que se adentran en ella en un solo paso!

Yo, como siempre, escucho espantado la autoridad
En la embriaguez y el horror de la inmortalidad,
El largo rugido de la Vida eterna y su fracaso. »

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Fiat Nox

» La muerte universal parece un flujo marino,
Tranquilo o furioso, ni lento ni apresurado,
Que se eleva, ola tras ola, rugiente, rodado,
Y en los altos peñascos pasa el tiempo anodino.

Si la felicidad de este vano mundo sin desatino
Se vive, si es un siglo sin fin el día angustiado,
El tormento y la dicha serán sueño de lo soñado
Cuando nuestro pie tropiece con el abismo divino.

¡Oh corazón del hombre, oh tú, mártir miserable
Que corroes el rencor y el amor has de agotar,
Tú que besas tu cadena y que libre quieres marchar!

¡Mira! ¡La ola sube y viene para devorarte!
¡Tu infierno, en la negra marea, se ha extinguido,
Derramando tu sombra sagrada en el olvido! »

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La muerte del león

» Siendo vieja alma de aire libre, sedienta
de la sangre negra de los bueyes, de mirar
desde lo más alto a las llanuras y al mar,
y de rugir en paz, libre en soledad cruenta.

Pero como condenado que pudre su osamenta
en el infierno, por el placer de la infinidad,
fue atrapado en la jaula de hierro fatal,
aunque pretendió escapar de tal afrenta.

Su horrible suerte, en fin, no pudo resolver;
la muerte se llevó su espíritu vagabundo,
pues había dejado de comer y de beber.

¡Oh, frágil corazón, víctima de la rebelión!
¿Por qué vuelves jadeante a la jaula del mundo?
¡Libérate! ¡Y haz lo que hizo este león! »

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La muerte del sol

» El viento de otoño, los ruidos lejanos de los mares igual,
llena de despedida solemne, de quejas desconocidas,
equilibrio tristemente a lo largo de las avenidas
¡Los macizos pesados enrojecidos de tu sangre, oh sol!

Las hojas en remolinos despega los desnudos;
y vemos oscilar, en un río bermejo,
a las aproximaciones de tarde inclinados al sueño,
de grandes nidos teñidos de púrpura al cabo de las ramas desnudas.

¡Cae, Astro glorioso, fuente y antorcha de día!
Tu gloria en manteles de oro que fluye de tu herida,
Así como de un pecho poderoso cae un amor supremo.

¡Muere pues, renacerás! La esperanza está segura de eso.
Pero quien reanimará la llama y la voz
¿Al corazón quién se estrelló por última vez? »

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Paisaje polar

» Mundo muerto, espuma inmensa de mar clandestino,
Abismo de sombra estéril, fulgores espectrales,
Pihuelas convulsivas estiradas en espirales
Que la niebla amarga hace perder amino.

Un ávido infierno, cielo rugoso en remolinos,
Donde se oyen los sórdidos clamores sepultares,
Las risas, los sollozos, los llantos agudos fantasmales
Que un viento siniestro arranca del clarín mortecino.

Corroídos por olas voraces, sobre las altas cimas,
Congelados en su sueño frío y cadavérico,
Duermen los viejos dioses de las antiguas culturas;
Y los grandes osos, blanqueados por nieves grimas.

Aquí y allá, mecieron sus cuellos epilépticos,
Ebrios y monstruosos, babeando lujurias oscuras. »

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VÍCTOR HUGO-ROMÁNTICO FRANCÉS

Victor Hugo

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Victor Hugo leyendo delante de una pared de piedra, por Auguste Vacquerie (1853?),Museo de Orsay, París.

Victor Hugo —inscripción completa en su acta de nacimiento: Victor, Marie Hugo—N 1(Besanzón26 de febrero de 1802 – París22 de mayo de 1885), fue un poeta,dramaturgo y escritor romántico francés, considerado como uno de los escritores más importantes en lengua francesa. También fue un político e intelectual comprometido e influyente en la historia de su país y de la literatura del siglo XIX.

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Ocupa un puesto notable en la historia de las letras francesas del siglo XIX en una gran variedad de géneros y ámbitos.1 2 Fue un poeta lírico, con obras como Odas y baladas(1826), Las hojas de otoño (1832) o Las contemplaciones (1856), poeta comprometidocontra Napoleón III en Los castigos (1853) y poeta épico en La leyenda de los siglos(1859 y 1877). Fue también un novelista popular y de gran éxito con obras comoNuestra Señora de París (1831) o Los miserables (1862). En teatro expuso su teoría deldrama romántico en la introducción de Cromwell (1827),3 y la ilustra principalmente conHernani (1830) y Ruy Blas (1838).

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FUENTE: http://es.wikipedia.org

Textos poemas: http://grandespoetasfamosos.blogspot.com.es

 

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A una mujer

        ¡Niña!, si yo fuera rey daría mi reino,
        Mi trono, mi cetro y mi pueblo arrodillado,
        Mi corona de oro, mis piscinas de pórfido,
        Y mis flotas, para las que no bastaría el mar,
        Por una mirada tuya.
        Si yo fuera Dios, la tierra y las olas,

Los ángeles

        , los demonios sujetos a mi ley.
        Y el profundo caos de profunda entraña,
        La eternidad, el espacio, los cielos, los mundos
        ¡Daría por un beso tuyo!

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Alborada

        Ya brilla la aurora fantástica, incierta,

Velada

        en su manto de rico tisú.
        ¿Por qué, niña hermosa, no se abre tu puerta?
        ¿Por qué cuando el alba las flores despierta
        Durmiendo estás tú?
        Llamando a tu puerta, diciendo está el día:
        «Yo soy la esperanza que ahuyenta el dolor».
        El ave te dice: «Yo soy la armonía».
        Y yo, suspirando, te digo: «Alma mía,
        Yo soy el amor».

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Ayer al anochecer

        Las sombras descendían, los pájaros callaban,
        La luna desplegaba su nacarado holán.
        La noche era de oro, los astros nos miraban
        Y el viento nos traía la esencia del galán.
        El cielo azul tenía cambiantes de topacio,
        La tierra oscura cabello de bálsamo sutil;
        Tus ojos más destellos que todo aquel espacio,
        Tu juventud más ámbar que todo aquel abril.
        Aquella era la hora solemne en que me inspiro,
        En que del alma brota el cántico nupcial,
        El cántico inefable del beso y del suspiro,
        El cántico más dulce del idilio triunfal.
        De súbito atraído quizá por una estrella,
        Volviste al éter puro tu rostro soñador…
        Y dije a los luceros: «¡Verted el cielo en ella!»
        Y dije a tus pupilas: «¡Verted en mí el amor!»

Victor_Hugo

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Booz dormido

        1
        Booz se había acostado, rendido de fatiga;
        Todo el día había trabajado sus tierras
        Y luego preparado su lecho en el lugar de siempre;
        Booz dormía junto a los celemines llenos de trigo.
        Ese anciano poseía campos de trigo y de cebada;
        Y, aunque rico, era justo;
        No había lodo en el agua de su molino;
        Ni infierno en el fuego de su fragua.
        Su barba era plateada como arroyo de abril.
        Su gavilla no era avara ni tenía odio;
        Cuando veía pasar alguna pobre espigadora:
        «Deja caer a propósito espigas» -decía.
        Caminaba puro ese hombre, lejos de los senderos desviados,
        Vestido de cándida probidad y lino blanco;
        Y, sus sacos de grano siempre, como fuentes públicas,
        Del lado de los pobres se derramaban.
        Booz era buen amo y fiel pariente;
        Aunque ahorrador, era generoso;
        Las mujeres le miraban más que a un joven,
        Pues el joven es hermoso, pero el anciano es grande.
        El anciano que vuelve hacia la fuente primera,
        Entra en los días eternos y sale de los días cambiantes;
        Se ve llama en los ojos de los jóvenes,
        Pero en el ojo del anciano se ve luz.
        2
        Así pues Booz en la noche, dormía entre los suyos.
        Cerca de las hacinas que se hubiesen tomado por ruinas,
        Los segadores acostados formaban grupos oscuros:
        Y esto ocurría en tiempos muy antiguos.
        Las tribus de Israel tenían por jefe un juez;
        La tierra donde el hombre erraba bajo la tienda, inquieto
        Por las huellas de los pies del gigante que veía,
        Estaba mojada aún y blanda del diluvio.
        3
        Así como dormía Jacob, como dormía Judith,
        Booz, con los ojos cerrados, yacía bajo la enramada;
        Entonces, habiéndose entreabierto la puerta del cielo
        Por encima de su cabeza, fue bajando un sueño.
        Y ese sueño era tal que Booz vio un roble
        Que, salido de su vientre, iba hasta el cielo azul;
        Una raza trepaba como una larga cadena;
        Un rey cantaba abajo, arriba moría un dios.
        Y Booz murmuraba con la voz del alma:
        «¿Cómo podría ser que eso viniese de mí?
        La cifra de mis años ha pasado los ochenta,
        Y no tengo hijos y ya no tengo mujer.
        Hace ya mucho que aquella con quien dormía,
        ¡Oh Señor! Dejó mi lecho por el vuestro;
        Y estamos todavía tan mezclados el uno al otro,
        Ella semi viva, semi muerto yo.
        Nacería de mí una raza, ¿cómo creerlo?
        ¿Cómo podría ser que tenga hijos?
        Cuando de joven se tienen mañanas triunfantes,
        El día sale de la noche como de una victoria;
        Pero de viejo, uno tiembla como el árbol en invierno;
        Viudo estoy, estoy solo, sobre mí cae la noche,
        E inclino, ¡oh Dios mío!, mi alma hacia la tumba,
        Como un buey sediento inclina su cabeza hacia el agua».
        Así hablaba Booz en el sueño y el éxtasis,
        Volviendo hacia Dios sus ojos anegados por el sueño;
        El cedro no siente una rosa en su base,
        Y él no sentía una mujer a sus pies.
        4
        Mientras dormía, Ruth, una Moabita,
        Se había recostado a los pies de Booz, con el seno desnudo,
        Esperando no se sabe qué rayo desconocido
        Cuando viniera del despertar la súbita luz.
        Booz no sabía que una mujer estaba ahí,
        Y Ruth no sabía lo que Dios quería de ella.
        Un fresco perfume salía de los ramos de asfodelas;
        Los vientos de la noche flotaban sobre Galgalá.
        La sombra era nupcial, augusta y solemne;
        Allí, tal vez, oscuramente, los ángeles volaban,
        A veces, se veía pasar en la noche,
        Algo azul semejante a un ala.
        La respiración de Booz durmiendo
        Se mezclaba con el ruido sordo de los arroyos sobre el musgo.
        Era un mes en que la naturaleza es dulce,
        Y hay lirios en la cima de las colinas.
        Ruth soñaba y Booz dormía; la hierba era negra;
        Los cencerros del ganado palpitaban vagamente;
        Una inmensa bondad caía del firmamento;
        Era la hora tranquila en que los leones van a beber.
        Todo reposaba en Ur y en Jerimadet;
        Los astros esmaltaban el cielo profundo y sombrío;
        El cuarto creciente fino y claro entre esas flores de la sombra
        Brillaba en Occidente, y Ruth se preguntaba,
        Inmóvil, entreabriendo los ojos bajo sus velos,
        Qué dios, qué segador del eterno verano,
        Había dejado caer negligentemente al irse
        Esa hoz de oro en los campos de estrellas.

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Canción I

        Nace el alba y tu puerta está cerrada
        Hermosa mía, ¿a qué dormir?
        ¿Si se despierta la rosa,
        No vas a despertar tú?
        Mi lindo encanto
        Escucha ya,
        A tu amante que canta
        Y también llora.
        Todo llama a tu puerta bendita.
        Dice la aurora: «yo soy el día».
        Dice el pájaro: «yo la armonía».
        Y mi corazón: «yo el amor».
        Mi lindo encanto
        Escucha ya,
        A tu amante que canta
        Y también llora.
        Te adoro, ángel, te amo mujer
        Dios que me completó contigo
        Creó mi amor para tu alma.
          Y mis ojos para tu belleza.

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Notre Dame II
Notre Dame II (Photo credit: MrOmega)

EL ABRIGO VERDE Y LA ESPADA

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El abrigo verde y la espada

 

espada rufin.jpgAño a año IV IX, en varias ocasiones, miembros del Instituto han expresado el deseo de tener un signo distintivo: mapa, medalla, insignia, abrigo. Estas solicitudes se hacen, al parecer, después de los incidentes de reunión pública o ceremonia: una cuestión de prioridad, dificultad para llegar al lugar designado atentados mismo que la palabra ha sido escrito por un presidente. Esto es, después de reconocer la necesidad de una tarjeta insuficiente distintivo y probada o una moneda, el Instituto considera apropiado buscar un traje especial.

El pelaje verde

La demanda, como la espada, es común a todos los miembros del Instituto de Francia. Es de color azul oscuro o negro, ramas de olivo bordado verde y oro, de ahí el nombre de capa verde.

Una orden del Consulado (13 mayo 1801), en su artículo II, que se define de la siguiente manera: chaqueta, chaleco o chaqueta, pantalón o pantalón negro, adornado con bordados de hojas de olivo en el sombrero de seda verde oscuro en francés. Había dos tipos de pelaje verde. La. Grandes (el único todavía se usan) con bordado «abierto» y pequeño donde podíamos encontrar bordados en los puños de las mangas y el cuello

Si Victor Hugo sustituye a la primera de las bragas francesas con medias de seda con pantalones (1848), el pintor Edward detalle que crea el manto negro (1892). Las mujeres elegidas (desde 1980) en la Academia tienen una considerable libertad en la elección de su traje, el decreto de 1801 no ha previsto la celebración de las mujeres.

Henri Lavedan da el tono al explicar la elección del color: «Red era un estado de ánimo violento y belicoso inconsistente con nuestro trabajo honesto. Blue? Por galantería temprano, estaba reservado para señoras que llevan el mismo tono, para el día en que se convertiría también miembros del Instituto. Blanca, si desordenado, demasiado también sintió que su rey. La iglesia era demasiado morado, naranja y amarillo vano un accidente que sonreír. ¿Entonces? Esto dejó a la verde realmente calificado para un vestido que da rienda suelta a los deseos tanto así, que desprecio, el sarcasmo, las ambiciones y los sueños, el verde es el color de la absenta, la bilis y espero … También se le dio el verde inevitable que se trataba de un verde «artista» y poético esmeralda, verde frívolo y vanidoso o agua de la hoja? o el verde de la montaña y la tirolesa gay? o el verde exótico, verde bandera gloriosa del Profeta, o la llena de placer, Scheherazade velas? No, todos esos verdes no estaban allí para nosotros. El único que se necesitaba era justificada, el final sólo era el que sabía que verde maduro, serio, verde académico. ‘

Hoy en día, por lo que este vestido es hecho por diseñadores como Lanvin, Pierre Balmain, Pierre Cardin, Delacroix, etc. o el sastre del ejército.

FUENTE: http://www.academie-francaise.fr

 

LA «ESPADA»

epee_veil.jpgTeniendo en cuenta que los días elegidos pocos antes de recibir la espada está detrás del signo de pertenencia a la Casa de los académicos rey generaliza su puerto de la Restauración, sólo la iglesia y, en principio, las mujeres no reciben.Madame de Romilly no llevaba, después de haber reemplazado la espada con un atributo femenino, un bolso bordado. Sra. Hélène Carrère d’Encausse, Florence Delay, Assia Djebar, Simone Veil, Danièle Sallenave usar uno.

Espada de Amin Maalouf

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Tradicionalmente, el mango de la espada lleva los símbolos que representan la vida y obra del académico futuro. Su espada, el emblema de su personalidad en general que ofrece el nuevo Académico sus amigos y admiradores con la apertura de una Comisión de suscripción (la espada), durante una ceremonia antes de la recepción oficial. Volvió a la familia después de la muerte de este último.

La espada del académico está diseñado con mucha libertad por artistas como joyeros Goudji Pascal Arthus Bertrand, Cartier, Bondu Stéphane René Boivin, Bellerio, etc.

Pierre Balmain and Ruth Ford, photographed by ...
Pierre Balmain and Ruth Ford, photographed by Carl Van Vechten, November 9, 1947. (Photo credit: Wikipedia)

 

English: Simone Veil Français : Simone Veil
English: Simone Veil Français : Simone Veil (Photo credit: Wikipedia)

 

Pierre Cardin
Pierre Cardin (Photo credit: Wikipedia)