DANTE GABRIEL ROSSETTI (GRAN BRETAÑA,1828-1882)

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Self-portrait (Photo credit: Wikipedia)

DANTE GABRIEL ROSSETTI

Pintor y poeta inglés que fue una de las figuras principales de la Hermandad Prerrafaelista, grupo de pintores y críticos de arte que impulsaron una renovación del arte inglés partiendo de modelos medievales. Su verdadero nombre era Gabriel Charles Dante Rossetti y nació en Londres el 12 de mayo de 1828. Era hijo del poeta de origen italiano Gabriele Rossetti. Se educó en el King’s College y en la Real Academia de Bellas Artes de Londres, donde conoció a los pintores sir John Everett Millais y Holman Hunt, con quienes habría de fundar la Hermandad Prerrafaelista. Rossetti sentía atracción por los temas dramáticos y sobrenaturales. Entre sus obras destaca una escena de la Anunciación, Ecce Ancilla Domini (1850, Tate Gallery, Londres). Más tarde su arte pasó por diferentes etapas, en las que los elementos predominantes eran la noción de la belleza humana, la intensidad de la expresión abstracta y la riqueza cromática. Rossetti comenzó a escribir poesía casi al mismo tiempo en que empezó a estudiar pintura. Dos de sus poemas más conocidos, El retrato y La doncella bienaventurada, fueron escritos en 1842. Tradujo a Dante y a otros escritores italianos a los que publicó en 1861 bajo el título de Los primeros poetas italianos. Los últimos años de Rossetti estuvieron marcados por el dolor y la depresión, mitigados sólo por su capacidad creativa. En 1860 se había casado con una sombrerera, Elizabeth Eleanor Siddal, cuya belleza inmortalizó en muchas de sus obras más conocidas, entre ellas María Magdalena en la casa de Simón el fariseo (1858, Fitzwilliam Museum, Cambridge). En un plazo de dos años Elizabeth, que tenía una salud muy delicada, murió y Rossetti quedó sumido en el dolor ante la tragedia. A eso se sumó su preocupación por el durísimo ataque que tachaba de inmoral su poesía en el artículo “La escuela de la poesía carnal”, publicado en The Contemporary Review de octubre de 1871. La respuesta de Rossetti se publicó en diciembre de 1871 en la revista Athenaeum con el título de “La escuela de la crítica furtiva”. Rossetti siguió pintando y escribiendo poemas hasta el final de sus días. En 1881 publicó Baladas y sonetos, que incluía algunos de sus mejores poemas: Rose Mary, El barco blanco, La tragedia del rey y la serie de sonetos La casa de la vida. Dos de las obras pictóricas más célebres de su última época, más oscura y onírica, son El sueño de Dante (1871, Walker Art Gallery, Liverpool) y Proserpina (1874, Tate Gallery, Londres). Murió el 10 de abril de 1882 en Berchington.

FUENTE : http://www.epdlp.com
 
CUATRO OBRAS PICTÓRICAS Y POEMAS DE DANTE G. ROSSETTI
 

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Canto de agonía

» Si conmover persigues con tu canto
Han de brotar tus lágrimas primero,
No posees otro espejo que tu entero
Corazón en la mano ni otro encanto

Que no sean tu ardor o tu quebranto.
El verso no es más que un sutil venero
Que mana del misterio, el verdadero
Sólo es aquel que surge con el llanto.

Apolo no es tu siervo, él sólo acecha
Tu alma con sus dardos, nunca olvida
Su repleto carcaj sobre tu mano.

Pero si el llanto brota por la herida
De tus labios, también su alada flecha
Ha de alcanzar al corazón hermano. »

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En el tren, y en Versalles

» Con una rapidez embotada nos lleva
con cuerpos abandonados en un balanceo y las rodillas que se agitan.
El viento ha cesado, es una brisa débil
cálida por el sol. Las hojas aún no están secas
tras la densa lluvia de ayer. Todo, bajo y alto,
es un campo verde intenso; pero, entre sus árboles,
rojizo y vivo de Otoño. Tras este paisaje
está la ciudad inmóvil ante el cielo.
Se llega a Versalles. Pasamos las galerías
y buscamos los jardines. Hay un gran silencio,
por los largos corredores, a gran distancia
del agua. Más que una melodía o una canción,
el silencio crecerá para sobrecoger tu mirada,
hasta que tu pensamiento nade con la esfera azul que gira. 
»

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Luz repentina

» Yo estuve aquí antes,
no sé decir cómo y cuándo:
conozco el prado detrás de la puerta,
el dulce aroma penetrante,
los sonidos susurrantes,
las luces a lo largo de la costa.
Tú has sido mía antes;
no sé decir hace cuánto:
pero apenas esa golondrina remontó,
y giró tu cuello, algún velo cayó;
y lo supe al instante.

¿Había sido así antes?
¿No será que el vuelo concéntrico
del tiempo restaure nuestras vidas,
nuestro amor, a pesar de la muerte,
y nos traiga otro deleite noche y día?

Ahora, entonces, ¡con fortuna otra vez!
¡Duerman mis ojos la agitación de tus cabellos!
¿No yaceremos como hemos yacido,
y así, por amor de Amor,
el dormir y el despertar
no rompan ya sus cadenas? »

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Fuente: http://es.wikipedia.org

 

Más obras pictóricas de Rossetti

  • El Santo Grial, 1860

  • Ilustración para Goblin Market and Other Poems (1862), primer libro de poemas de Christina Rossetti

  • La hoja del rosal1865

  • Portrait of the artist’s sister Christina and mother Frances (1877)

CINCO POEMAS DE JOSEPH BRODSKY

La editorial de la Universidad de Valencia publica, por primera vez en catalán, en un cuarto y media de Joseph Brodsky, uno de los mejores ensayos del escritor ruso y estadounidense, premio Nobel de 1987.

En muchas de sus entrevistas, Joseph Brodsky citaba un chiste que aseguraba haber oído en Suecia, aunque no me extrañaría que se la hubiera inventado él mismo. Decía que sólo hay tres tipos de relación posible entre el poeta y el traductor. Primero: tú, el poeta, le dices al traductor: «Confío en ti», y él te mata. Segundo: le dices: «No confío en ti», y él te mata. Y tercero: le dices: «Mátame, mátame!», Y él … te mata.

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Reseña biográfica

Poeta ruso nacido en San Petersburgo en 1940.
De formación autodidacta,  reconoció la influencia que en él ejercieron los poetas clásicos, los metafísicos ingleses y los poetas polacos modernos, además de Proust, W. H. Auden y Herman Melville.
Acusado de «parasitismo social», fue encarcelado durante dieciocho meses a la edad de veinticuatro años.
En 1972 emprendió el camino al exilio, obteniendo la nacionalidad estadounidense en 1977.
Sus «Poemas selectos», que reúnen una importante colección de su poesía, se publicaron en versión inglesa en 1973, seguidos de «Partes de la oración» en 1980 e Historia del siglo XX en 1986.
En 1981 obtuvo una beca de la Fundación MacArthur, y en 1987  fue galardonado con elPremio Nobel de Literatura.
Su producción literaria se extendió hasta su muerte, ocurrida en Nueva York el 28 de enero de 1996.

English: Memorial for Joseph Brodsky by Consta...
English: Memorial for Joseph Brodsky by Constantine Simun, court of philological faculty, University of Sanct-Petersburg Русский: Памятник Иосифу Бродскому работы Константина Симуна, двор филологического факультета университета в СПБ (Photo credit: Wikipedia)

FUENTE: http://www.amediavoz.com

A Eugenio

                                 En cualquier elemento el hombre
es tirano, prisionero o traidor…
A. Pushkin

Yo estuve en México, escalé las pirámides
impecables moles geométricas
desparramadas por el istmo de Tehuantepec.
Quiero creer que las hicieron visitantes del cosmos
pues estas obras suelen edificarlas los esclavos
y el istm0 está cubierto de hongos pétreos.

Los ídolos de arcilla son tan fáciles
de falsificar que propician rumores.
Bajorrelieves varios, con cuerpos de serpientes
y el alfabeto indescifrable de una lengua
que ignoró siempre la conjunción o.
¿Qué contarían si empezaran a hablar?

Nada. En el mejor de los casos, las victorias
sobre tribus vecinas y cabezas partidas.
Que la sangre del hombre vertida en el altar
del Dios del Sol le fortalece un músculo.
Que el sacrificio nocturno de ocho jóvenes fuertes
garantiza el alba con mayor seguridad que un despertador.

De cualquier modo es preferible la sífilis o las fauces
mortíferas de aquellos unicornios de Cortés, al sacrificio.
Si te toca en suerte alimentar con tus ojos a los cuervos
es preferible que el asesino sea asesino y no un astrónomo.
En general, sin esos españoles es muy poco probable
que hubiesen llegado a tener la certeza
de que alguna cosa les había pasado.

Es aburrido vivir, querido Eugenio. Dondequiera que vas
la estupidez y la crueldad te siguen.
Me da pereza encerrar eso en versos.
Como dijo el poeta: «En cualquier elemento…».
¡Qué lejos vio desde sus marismas natales!
Yo agregaría: en cualquier latitud.

1975

De «No vendrá el diluvio tras nosotros» (Antología 1960-1996)
Versión de Ricardo San Vicente

Español: Escultura de Dzahui, dios mixteco de ...
Español: Escultura de Dzahui, dios mixteco de la lluvia. Fue realizada en cerámica. Procede del istmo de Tehuantepec. Período posclásico. Colección del MNA de la Ciudad de México. (Photo credit: Wikipedia)

El explorador polar

Todos los perros devorados. En el diario
no queda una hoja en blanco. La foto de la esposa
se cubre de palabras a modo de rosario,
clavado en su mejilla el lunar de una fecha dudosa.
Le sigue la foto de la hermana. Tampoco la respeta:
¡se trata de la latitud alcanzada! Y, cada vez
más negra, por la cadera trepa la gangrena
como la media de una corista de varietés.

22 de julio de 1978

De «No vendrá el diluvio tras nosotros» (Antología 1960-1996)
Versión de Ricardo San Vicente

English: View from the northeast of Arrowhead,...
English: View from the northeast of Arrowhead, the residence of writer Herman Melville, at 780 Holmes Road, Pittsfield, Berkshire County, Massachusetts. Historic American Buildings Survey, Library of Congress, Washington, D. C. (Photo credit: Wikipedia)

Mi verso mudo, mi callado verso…

Mi verso mudo, mi callado verso
pero aciago -mal le pesen las riendas-,
¿a dónde de este yugo iremos a quejamos
y a quién decir la vida que llevamos?
Por mucho que, pasadas ya las doce, buscando
detrás de la cortina, con cerillas, el ojo de la luna,
expulses de los restos de tu mueca opaca
con la mano, en la mesa, de la locura el polvo.
Por mucho que embadurnes este engrudo escrito
más denso que la miel, ¿con quién quebrar
en la rodilla, o en el codo al menos,
una vez más, el trozo ya cortado, mi callado verso?

De «Parte de la oración» 1975 – 1976
Versión de Ricardo San Vicente

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No hay sólo andar, también silencio, en tu reloj…

No hay sólo andar, también silencio, en tu reloj,
que además ignora el caminar en círculo.
Así en su caja hay gato y hay ratón,
nacidos, se diría, el uno para el otro.
Tiemblan, escarban, yerran en qué día están,
mas sus roer, enredos y trajín constantes
apenas se aprecian en un hogar del campo,
que suele cobijar cientos de seres vivos.
Allí en la razón cada hora se borra
y los rostros etéreos de los años perdidos
se escapan -más aún si se acerca el invierno,
que llena el zaguán de cabras, gallinas, carneros.

1963

De «No vendrá el diluvio tras nosotros» (Antología 1960-1996)
Versión de Ricardo San Vicente

Venecia.Sergio del Pero.

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Y no importa que un vacío empiece a abrirse…

Y no importa que un vacío empiece a abrirse
de entre tus sentires, que tras la gris tristeza
crepite el miedo y, digamos, un foso de furor.
Porque en la era atómica, cuando tiembla hasta la roca,
podremos sólo salvar los muros del hogar,
los corazones, fundiéndolos con fuerza igual
y nexo semejante a la muerte que los viene a acechar.
Y temblarás al escuchar decir: «Querido».

Noviembre – diciembre de 1964

De «No vendrá el diluvio tras nosotros» (Antología 1960-1996)
Versión de Ricardo San Vicente

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memorial tablet Joseph Brodsky in Vilnius (Photo credit: Wikipedia)

JACK LONDON – JOHN GRIFFITH – (EE.UU,1876-1916)

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JACK LONDON

Jack London, probablemente nacido como John Griffith Chaney (12 de enero de 1876 – 22 de noviembre de 1916),1 2 3 fue un escritor estadounidense, autor de Colmillo Blanco,The Call of the Wild (traducida en español como La llamada de lo salvaje[cita requerida] y La llamada de la selva), y otros cincuenta libros.

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                                                                                                                                                                                                                                                              EL JOVEN JACK LONDON
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Antecedentes personales

Clarice Stasz y otros biógrafos creen que el padre biológico de Jack London fue el astrólogo William Chaney.4 Chaney fue un personaje distinguido de la astrología; según Stasz: «Desde el punto de vista de los astrólogos más serios de hoy, Chaney es una gran figura que ha cambiado la práctica de la charlatanería hacia un método más riguroso».

Jack London no supo de la supuesta paternidad de Chaney hasta su madurez. En 1897 le escribió a Chaney y recibió una carta de él donde indicaba: «Nunca contraje matrimonio con Flora Wellman», y que era «impotente» durante el periodo que vivieron juntos; por lo tanto, «no puedo ser tu padre».

Se desconoce si el matrimonio fue legalizado. La mayoría de los documentos civiles de San Francisco fueron destruidos en el terremoto de 1906. Por la misma razón, no se sabe con certeza el nombre que aparecía en el certificado de nacimiento. Stasz aclara que en sus memorias Chaney se refiere a la madre de Jack London, Flora Wellman, como «esposa». Stasz también hace hincapié en un anuncio en el cual Flora se refiere a sí misma como «Florence Wellman Chaney».

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                                                                                                                                                                                                                                                                        ESCARLET 

Primeros años

Jack London nació en San Francisco (California). Esencialmente se autoeducó, proceso que llevó a cabo en la biblioteca pública de la ciudad leyendo libros. En 1883 encontró y leyó la novela Signa de la escritora Ouida, que relata cómo un joven campesino italiano sin estudios escolares alcanza fama como compositor de ópera. London le atribuyó a este libro la inspiración para comenzar su labor literaria.5

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GOLETA SOPHIA

En 1893, se embarcó en la goleta Sophia Sutherland, que partía a la costa de Japón. Cuando regresó, el país estaba inmerso en el pánico de 1893 y Oakland azotado por disturbios laborales. Después de trabajos agotadores en un molino de yute y en una central eléctrica del ferrocarril, en 1894 se unió a la Kelly’s industrial army, una marcha de desempleados en protesta a Washington, y comenzó su vida de vagabundo.

En 1894, pasó treinta días en la penitenciaría de Erie County en Buffalo (Nueva York) por vagabundeo. En The Road, escribió:

La manipulación del hombre fue simplemente uno de los menores horrores no aptos de mención, para evitar ofensas morales, de la penitenciaría de Erie County. Digo que no es ‘apto de mención’; y en justicia debo decir también ‘inconcebible’. Eran inconcebibles para mi hasta que las ví, y no era un jovencito con respecto a la vida y los tremendos abismos de la degradación humana. Se requeriría de una caída en picado considerable para alcanzar lo más bajo de la penitenciaría de Erie County, y lo hago pero rozo suave y chistosamente lo superficial de las cosas tal como las vi allí.

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Después de varias experiencias como vagabundo y marinero, London regresó a Oakland, donde acudió a la Oakland High School, contribuyendo con varios artículos para la revista de la secundaria, The Aegis. Su primera publicación fue «Typhoon off the coast of Japan», donde relató sus experiencias como marino.

FUENTE: http://es.wikipedia.org

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Escritor estadounidense que combina en su obra el más profundo realismo con los sentimientos humanitarios y el pesimismo. John Griffith London nació en San Francisco hijo de un astrólogo ambulante, al que no conoció, y de una espiritista que se casó con Yack London meses después del nacimiento de su hijo. Completó sus estudios de bachillerato mientras realizaba diversos trabajos. En 1897 y 1898 viajó a Alaska, empujado por la corriente de la fiebre del oro. Antes había sido marino, pescador, e incluso contrabandista. De regreso a San Francisco comenzó a relatar sus experiencias. En 1900 publicó una colección de relatos titulada El hijo del lobo que le proporcionó un gran éxito popular. Publicó más de 50 libros que le supusieron grandes ingresos pero que dilapidó en viajes y alcohol. Fue corresponsal de guerra y vivió dos matrimonios tormentosos. Se suicidó a la edad de 40 años. De ideas socialistas y siempre del lado de los trabajadores, London fue militante comunista e incluso agitador político. Pero, autodidacta como era, las lecturas del filósofo alemán Nietzsche le llevaron a formular que el individuo debe alzarse frente a las masas y las adversidades. Esta contradicción individualidad-colectividad está presente en su obra. Su tesis general es la de que el ser humano no es bueno por naturaleza, y sólo los fuertes consiguen alzarse en la vida que es dura; estos seres serán los que pongan los cimientos para una sociedad más justa. Muchos de sus relatos, entre los que destaca su obra maestra, La llamada de la selva (1903), hablan de la vuelta de un ser civilizado a su estado primitivo, y la lucha por la supervivencia. Su estilo, brutal, vivo y apasionante, le hizo enormemente famoso fuera de su país. Sus novelas se han traducido a numerosas lenguas. Entre sus principales obras cabe mencionar Los de abajo (1903), sobre la vida de los pobres en Londres; El lobo de mar(1904), una novela basada en sus experiencias como cazador de focas; Colmillo blanco (1906) un libro pesimista sobre la crueldad, la hegemonía de los más fuertes y la lucha por la libertad. John Barleycorn (1913), un relato autobiográfico sobre su batalla personal contra el alcoholismo, y El vagabundo de las estrellas (1915), una serie de historias relacionadas entre sí sobre el tema de la reencarnación.

FUENTE: http://www.epdlp.com

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English: Elizabeth «Bessie» Maddern London, first wife of American author Jack London, with children Joan (b. 1901) and Bessie «Becky» (b. 1902) London (Photo credit: Wikipedia)

TEXTOS:

JACK LONDON

El burlado (fragmento)

» Era el final, Subienkov había recorrido un largo camino de horror y amargura, como una paloma que volvía a casa, hacia las capitales de Europa y aquí, mas lejos que nunca, en la América rusa, acababa el sendero. Estaba sentado en la nieve, con los brazos atados a la espalda, esperando la tortura. Miro con curiosidad a un enorme cosaco, tumbado en la nieve, gimiendo de dolor, que tenia ante él. Los hombres habían acabado con el gigante y se lo entregaron a las mujeres. Los gritos del hombre atestiguaban que las excedían en crueldad a los hombres. Subienkov miro y se estremeció. No tenia miedo a morir. Había arriesgado demasiado su vida, en el duro camino que iba desde Varsovia a Nulato, para estremecerse ante el simple hecho de morir. Pero se oponía a la tortura. Ofendía su espíritu. Y esa ofensa, a su vez, no se debía al dolor que tenia que soportar, sino al triste espectáculo que el dolor haría de él.
(…)
Sin duda, en los comienzos del mundo estaba escrito este final, para él, tan fino y sensible, con los nervios a flor de piel, que era un soñador, un poeta, un artista. Antes de que nadie imaginara su existencia, se sentencio que él palpitante manojo de sensibilidad que lo constituía seria condenado a vivir en una brutalidad cruda y aullante, y a morir en esta lejana tierra de la noche, en este oscuro lugar, mas allá de los últimos confines del mundo.

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JACK LONDON

El diente de la ballena (fragmento)

» Levantó la maza sobre la cabeza del misionero, asiéndola con las dos manos. Narau, que estaba escondido, oyó el golpe del mazo contra la cabeza y se estremeció intensamente. Después, la salvaje y fúnebre sinfonía volvía a resonar en las montañas, y comprendió Narau que su amado maestro había muerto y que su cuerpo era arrastrado a la hoguera para ser condimentado. Narau gemía angustiado. Las palabras de la canción salvaje eran ciertas. Él era el cobarde; ya no le restaba más que huir, correr. »

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JACK LONDON

El hijo del lobo (fragmento)

» Ah Cho no entendía el francés. Sentado en la sala abarrotada de gente, cansado y aburrido, escuchaba aquella lengua incesante y explosiva que articulaban un oficial tras otro. Un inagotable parloteo y nada más era a oídos de Ah Cho, quien se maravillaba ante la estupidez de aquellos franceses que tanto tiempo empleaban en investigar quién era el asesino de Chung Ga y ni aun así podían descubrirlo. Los quinientos coolies de la plantación sabían que Ah San era el autor del crimen, y los franceses ni siquiera le habían detenido. Cierto que todos los coolies habían pactado secretamente no prestar testimonio los unos contra los otros, pero el caso era tan sencillo que no entendían cómo los franceses no habían descubierto que Ah San era el hombre que buscaban. Muy estúpidos tenían que ser. »

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JACK LONDON

El vagabundo de las estrellas (fragmento)

» Durante toda mi vida he tenido conciencia de otros tiempos y de otros lugares. He sido consciente de la existencia de otras personas en mi interior. Y créanme, lectores, lo mismo les ha sucedido a ustedes. Regresen mentalmente a su niñez, y recordarán esta conciencia de la que hablo como una experiencia propia de la infancia. En aquel momento no habían cobrado una forma fija, no habían cristalizado; eran aún plásticos, un alma fluctuante, una conciencia y una identidad en proceso de formación, de formación —¡ay!— y de olvido.
Han olvidado muchas cosas, queridos lectores, y, aun así, al leer estas líneas, recuerdan vagamente las brumosas visiones de otros tiempos y de otros lugares que presenciaron con ojos infantiles; hoy les parecen sueños. Sin embargo, aun siendo sueños, por tanto, ya soñados, ¿de dónde surge su materia? Nuestros sueños se componen de una grotesca mezcla de cosas ya conocidas. La esencia de nuestros sueños más puros es la esencia de nuestra experiencia. Cuando ustedes eran tan sólo niños soñaron que caían desde grandes alturas; soñaron que volaban por el aire como vuelan los seres alados; les acosaron arañas de innumerables patas y demás criaturas salidas del fango; oyeron otras voces, vieron otras caras inquietantemente familiares, y contemplaron amaneceres y ocasos distintos a los que hoy, al mirar atrás, saben que alguna vez contemplaron. 
»

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La llamada de la selva (fragmento)

» Hay un éxtasis que señala la cúspide de la vida, más allá de la cual la vida no puede elevarse. Pero la paradoja de la vida es tal que ese éxtasis se presenta cuando uno está vivo, y se presenta como un olvido total de que se está vivo. Ese éxtasis, ese olvido de la existencia, alcanza al artista, convirtiéndolo en una llama de pasión. Alcanza al soldado, que en el ardor de la batalla ni pide ni da tregua, y alcanzó a Buck que corría al frente de la jauría lanzando el atávico grito de los lobos y pugnando por atrapar la presa que huía a la luz de la luna. Estaba surcando los abismos de su especie y de las generaciones más remotas, estaba retornando al seno del Tiempo. Estaba dominado por el puro éxtasis de la vida, por la oleada de la existencia, por el goce perfecto de cada músculo, de cada articulación, de cada nervio, y todo era alborozo y delirio, expresión en sí misma del movimiento que lo hacía correr triunfante bajo la luz de las estrellas y sobre la materia inerte y helada. »

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CESAR PAVESE. ITALIA 1908-1950-LA VIDA EN LA OBRA

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Obras

Poesía

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La vida en la obra

Trabajar cansa:

Trabajar cansa

Los dos, tendidos sobre la hierba, vestidos, se miran
a la cara
entre los tallos delgados: la mujer le muerde los
cabellos
y después muerde la hierba. Entre la hierba, sonríe
turbada.
Coge el hombre su mano delgada y la muerde
y se apoya en su cuerpo. Ella le echa, haciéndole dar
tumbos.
La mitad de aquel prado queda, así, enmarañada.
La muchacha, sentada, se acicala el peinado
y no mira al compañero, tendido, con los ojos
abiertos.(…).

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Pavese nació en Santo Stefano Belbo, donde su padre, procurador de tribunal en Turín, tenía una delegación. Estos son los lugares y las experiencias infantiles que mitificará el Pavese escritor.

FUENTE: http://amediavoz.com

En 1914 muere su padre, lo que le causa un primer trauma. Su madre, de hecho, compensará la ausencia del marido educando de modo bastante rígido a su hijo. Pavese cursa estudios secundarios en Turín con Augusto Monti, colaborador de Gobetti, narrador y pedagogo. Es su primer contacto con el mundo de los intelectuales y con personalidades como Leone Ginzburg, éste muy cercano siempre, Tullio PinelliVittorio Foa (estudioso de los problemas políticos y sociales) y Norberto Bobbio.

Pero es en su época universitaria cuando Pavese se interesa por la literatura norteamericana; en esos años, alterna su trabajo de traductor con la enseñanza del inglés. Se licencia con una tesis sobre el poeta norteamericano Walt Whitman.

En 1935 es confinado por sus actividades antifascistas (de hecho, sólo había conservado unas cartas comprometedoras de una activista comunista de la que se había enamorado); tras este exilio publica un importante libro de versos que había empezado en 1928: Los poemas de Trabajar cansa (1936) fueron muy innovadores y, junto a sus obras narrativas, atraen todavía a un público muy amplio.

FUENTE: http://es.wikipedia.org

 

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En ese mismo período, empieza la composición de El oficio de vivir, diario literario y existencial que seguirá escribiendo hasta el final de su vida. De vuelta de su confinamiento, Pavese descubre que la mujer a la que amaba se ha casado (lo que le ocasiona un segundo trauma); a partir de ese momento, Pavese se angustia, temeroso de que lo ya sucedido se pueda repetir. La angustiosa sensación del fracaso, lo acompañará hasta la muerte.

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FRACASO

En 1938, su relación con la editorial Einaudi se estabiliza. En 1940 termina El bello verano (con el que obtendrá en 1950 el Premio Strega) e inicia Feria de agosto; en 1941, publica De tu tierra.

Llamado a filas, se le dispensa por el asma que padece. Desde el 8 de septiembre de 1943 hasta la liberación de Italia se refugia en primer lugar en casa de su hermana, y luego en un colegio de Somascos en Casale Monferrato, sin contacto con los acontecimientos que sacuden Italia, mientras muchos de sus amigos entran en la Resistencia. Narra estas experiencias en La casa en la colina (que escribe entre 1947 y 1948). En esta obra se pone de manifiesto el conflicto entre su elección y la de sus amigos, muchos de los cuales murieron. Al terminar la guerra, sin embargo, quizá para compensar su anterior elección, Pavese entra en el Partido Comunista Italiano por sugerencia de una amiga.

El desengaño amoroso que sufre tras la ruptura de su relación sentimental con la actriz norteamericana Constance Dowling – a la que dedica sus últimos versos Vendrá la muerte y tendrá tus ojos – y su malestar existencial lo llevan al suicidio el 26 de agosto de 1950, en Turín.

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CONSTANCE DOWLING

Reseña biográfica

Poeta, novelista y traductor  italiano nacido en Santo Stefano Belbo, en 1908.

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Cursó los primeros estudios en Turín bajo la orientación de Augusto Monti quien fuera figura relevante del antifascismo. Obtuvo la Licenciatura en Letras en 1932, y antes de dedicarse a la poesía trabajó como editor y traductor de Melville y Anderson. En 1935 fue detenido  por su actividad política y confinado en Brancaleone Calabro. Un año después regresó a Turín, se afilió al partido comunista, tradujo a John Dos Passos, Gertrude Stein y Daniel Defoe, y  publicó la obra «Trabajar cansa».
Entre 1936 y 1950 produce una parte muy importante de su obra, con títulos como «El oficio de poeta»«Diálogos con Leuco»«Vendrá la muerte y tendrá tus ojos»«El oficio de vivir»
«La casa en la colina» «La luna y la fogata».
Agobiado por la depresión y el desengaño, se quitó la vida en
agosto de 1950.

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Alter Ego

Desde la mañana al ocaso, yo veía el tatuaje
en su pecho sedoso: una mujer rojiza
incrustada, como en un prado, entre el pelo. Allí
debajo
brama a veces un tumulto que sobresalta a la mujer.
Transcurría el día entre blasfemias y silencios.
Si la mujer no fuese un tatuaje y estuviese viva
y aferrada a su pecho peludo, ese hombre
bramaría aún fuerte en su pequeña celda.

Callaba, tendido en el lecho, con los ojos abiertos.
Un profundo hálito de mar ascendía
de su cuerpo de huesos grandes y recios: estaba
tendido
al igual que en cubierta. Pesaba sobre el lecho
como quien ha despertado y podría saltar de él.
Su cuerpo, salado por la espuma, chorreaba
un sudor solar. La pequeña celda
era insuficiente para el alcance de una mirada suya.
Al verle las manos, se pensaba en la mujer.

Versión de Carles José i Solsora

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Celos

1
Uno se sienta de frente y se vacían los primeros vasos
lentamente, contemplando fijamente al rival con adversa mirada.
Después se espera el borboteo del vino. Se mira al vacío,
Bromeando. Si tiemblan todavía los músculos,
también le tiemblan al rival. Hay que esforzarse
para no beber de un trago y embriagarse de golpe.

Allende el bosque, se oye el bailable y se ven faroles
bamboleantes -sólo han quedado mujeres
en el entarimado. El bofetón asestado a la rubia
congregó a todo el mundo para regodearse con el lance.
Los rivales notaban en la boca un gusto de rabia
y de sangre; ahora notan el gusto del vino.
Para liarse a golpes, es preciso estar solos,
como para hacer el amor, pero siempre está la noche.

En el entarimado, los faroles de papel y las mujeres
no están quietos con el aire fresco. La rubia, nerviosa,
se sienta e intenta reír, pero se imagina un prado
en que los dos contienden y se desangran.
Les ha oído vocear más allá de la vegetación.
Melancólica, sobre el entarimado, una pareja de mujeres
pasea en círculo; alguna que otra rodea a la rubia
y se informan acerca de si en verdad le duele la cara.

Para liarse a golpes es preciso estar solos.
Entre los compañeros siempre hay alguno que charla
y es objeto de bromas. La porfía del vino
ni siquiera es un desahogo: uno nota la rabia
borboteando en el eructo y quemando el gaznate.
El rival, más sosegado, ase el vaso
y lo apura sin interrupción. Ha trasegado un litro
y acomete el segundo. El calor de la sangre,
al igual que una estufa, seca pronto los vasos.
Los compañeros en derredor tienen rostros lívidos
y oscilantes, las voces apenas se oyen.
Se busca el vaso y no está. Por esta noche
-incluso venciendo- la rubia regresa sola a casa.

2
El viejo tiene la tierra durante el día y, de noche,
tiene una mujer que es suya -que hasta ayer fue suya.
Le gustaba desnudarla, como quien abre la tierra,
y mirarla largo tiempo, boca arriba en la sombra,
esperando. La mujer sonreía con sus ojos cerrados.

Se ha sentado el viejo esta noche al borde
de su campo desnudo, pero no escruta la mancha
del seto lejano, no extiende su mano
para arrancar la hierba. Contempla entre los surcos
un pensamiento candente. La tierra revela
si alguien ha colocado sus manos sobre ella y la ha violado:
lo revela incluso en la oscuridad. Más no hay mujer viviente
que conserve el vestigio del abrazo del hombre.

El viejo ha advertido que la mujer sonríe
únicamente con los ojos cerrados, esperando supina,
y comprende de pronto que sobre su joven cuerpo
pasa, en sueños, el abrazo de otro recuerdo.
El viejo ya no contempla el campo en la sombra.
Se ha arrodillado, estrechando la tierra
como si fuese una mujer que supiera hablar.
Pero la mujer, tendida en la sombra, no habla.

Allí donde está tendida, con los ojos cerrados, la mujer no habla
ni sonríe, esta noche, desde la boca torcida
al hombro lívido. Revela en su cuerpo,
finalmente, el abrazo de un hombre: el único
que podría dejarle huella y que le ha borrado la sonrisa.

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Creación

Estoy vivo y he sorprendido las estrellas en el alba.
Mi compañera continúa durmiendo y lo ignora.
Mis compañeros duermen todos. La clara jornada
se me revela más limpia que los rostros aletargados.

A distancia, pasa un viejo, camino del trabajo
o a gozar la mañana. No somos distintos,
idéntica claridad respiramos los dos
y fumamos tranquilos para engañar el hambre.
También el cuerpo del viejo debería ser sano
y vibrante -ante la mañana, debería estar desnudo.

Esta mañana la vida se desliza por el agua
y el sol: alrededor está el fulgor del agua
siempre joven; los cuerpos de todos quedarán al
descubierto.
Estarán el sol radiante y la rudeza del mar abierto
y la tosca fatiga que debilita bajo el sol,
y la inmovilidad. Estará la compañera
-un secreto de cuerpos. Cada cual hará sentir su
voz.
No hay voz que quiebre el silencio del agua
bajo el alba. Y ni siquiera nada que se estremezca
bajo el cielo. Sólo una tibieza que diluye las estrellas.
Estremece sentir la mañana que vibre,
virgen, como si nadie estuviese despierto.

Versión de Carles José i Solsora

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El paraíso sobre los tejados…

Será un día tranquilo, de luz fría
como el sol que nace o muere, y el cristal
cerrará el aire sucio fuera del cielo.

Se nos despierta una mañana, una vez para siempre,
en la tibieza del último sueño: la sombra
será como la tibieza. Llenará la estancia,
por la gran ventana, un cielo más grande.
Desde la escalera, subida una vez para siempre,
no llegarán voces, ni rostros muertos.

No será necesario dejar el lecho.
Sólo el alba entrará en la estancia vacía.
Bastará la ventana para vestir cada cosa
con una tranquila claridad, casi una luz.
Se posará una sombra descarnada sobre el rostro sumergido.

Será los recuerdos como grumos de sombra
aplastados como las viejas brasas
en el camino. El recuerdo será la llama
que todavía ayer mordía en los ojos apagados.

Versión de Carles José i Solsora

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Last blues, to be read some day

Era un sólo galanteo,
seguramente lo sabías-
alguien fue herido
hace mucho tiempo.

Todo está igual,
el tiempo ha pasado-
un día llegaste,
un día morirás.

Alguien murió
hace mucho tiempo-
alguien que intentó,
pero no supo.

Versión de Carles José i Solsora

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p26CESAR PAVESE-«LA VIDA EN LA OBRA»

PINTURAS: CÉSAR GALICIA.

JUAN ANTONIO GAYA NUÑO (ESPAÑA,1913-1976)

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JUAN ANTONIO GAYA NUÑO

Crítico e historiador del arte natural de Tardelcuende (Soria) que se ha ocupado también del género narrativo. Su apoyo a la causa republicana lo llevó a la cárcel en 1939 y 1943, experiencia que, entre otras, aparece reflejada en su primera colección de relatos titulada, Los gatos salvajes y otras historias (1968), en la que recoge ambientes y sucesos de la Guerra Civil y la postguerra. En Los monstruos prestigiosos (1971) toma como pretexto figuras mitológicas de carácter monstruoso que hubieran tenido importancia como símbolos a lo largo de la historia, tales como el basilisco, el centauro, el águila bicéfala, la sirena o la medusa. Anterior a estas dos colecciones es su novela, Historia del cautivo (1966), de marcado acento antibelicista, ambientada en la Guerra de África. Son también suyos, El santero de San Saturio y Tratado de mendicidad, de 1953 y 1962 respectivamente, libros con los que, en realidad, abre su carrera literaria, aunque nos ocupemos de ellos en último lugar, merced a lo difícil de clasificarlos desde el punto de vista genérico. De esta manera, este autor comenzó por la prosa narrativa para pasar a la novela larga y, desde allí, ceñirse a la brevedad del cuento. De su obra como ensayista destacan, Pintura europea perdida por España de Van Eyck a Tiépolo (1964) y La pintura española del siglo XX (1970), así como numerosas monografías dedicadas a figuras como Juan GrisDalíVelázquez o Zurbarán.

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FUENTE: http://www.epdlp.com

El escritor y crítico de arte español Juan Antonio Gaya Nuño (1913-1976) y su relación con Joan Miró.
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Juan Antonio Gaya Nuño (Tardelcuente, 1913-Madrid, 9-VII-1976). Crítico e historiador de arte, y autor de narrativa, con obras como Tratado de mendicidadLos gatos salvajes o El santero de San Saturio (1953), en la que recuerda su vida en Soria en los años 20.
Participó en el bando republicano durante la Guerra Civil, por lo que padeció la cárcel (1939-1943) y después la represión política durante el franquismo, lo que le apartó de la docencia y las instituciones oficiales. Se doctoró en Ciencias Históricas y publicó una obra de referencia, El Románico en la provincia de Soria (1947).
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De izquierda a derecha, Modest Cuixart, Juan Ramón Masoliver, Juan Antonio Gaya Nuño y Antoni Tàpies, en 1949, ante las puertas de las Galerías Layetanas.
Instalado en Barcelona, dirigió las Galerías Layetanas de Barcelona en 1947-1952, y promovió una intensa actividad en esta época, como la primera muestra posbélica de Picasso (1948-1949) y la primera antológica de Miró en Barcelona (1949).
En 1953 pasó a residir en Madrid y se convirtió en uno de los más importantes historiadores y críticos de arte hasta su muerte, con múltiples conferencias, congresos, cursos, artículos, libros de pintura y escultura… A fines de 1975 publicó su último libro, Historia de la crítica de arte en España, una muestra de se extraordinaria erudición.
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                                                                                                                                                                                                                                                                          MODIGLIANI
Muy interesado por las vanguardias, sus páginas sobre Miró (del que fue uno de los mejores defensores fuera de Barcelona), Picasso, Dalí… abrieron el gusto del público a las obras más rupturistas de la vanguardia.
PATRIMONIO-PERSONAJES:
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Juan Antonio Gaya Nuño es una personalidad donde se puede ver uno de los grandes casos de marginalidad que ha existido en la historia del arte español, y a la vez un auténtico pionero, tanto por su manera de aproximarse a los fenómenos de carácter histórico-artístico, como por muchos de los temas que acometió que hasta entonces apenas habían sido objeto de atención por parte de los historiadores españoles.

La marginalidad a Gaya se la ofrecen sus propias circunstancias vitales. El 18 de julio de 1936, cuando contaba 23 años de edad, se encuentra en Madrid, y acababa de recibir el premio extraordinario de doctorado con su tesis sobre El Románico en la provincia de Soria, de donde era natural –había nacido en Tardelcuende y desde 1920 la familia residía en la capital. En agosto de ese año su padre es fusilado por las fuerzas franquistas en Soria, y él se alista en septiembre a favor de la causa de la República, incorporándose al batallón en Numancia que actuó principalmente en el frente de Guadalajara. Acabada la guerra es condenado a veinte años de cárcel de los cuales cumple únicamente cuatro, pero hasta el año 1954 vive en libertad vigilada, con obligación de personarse periódicamente en comisaría.

Al negarse a jurar los Principios del Movimiento, requisito indispensable para acceder a cualquier puesto oficial y que le hubiera permitido una carrera académica, se ve obligado a vivir de la escritura, de hecho su bibliografía contiene más de seiscientos títulos, muchos de ellos, es verdad, artículos, pero también libros extensos. No obstante, en muchos casos se trata de artículos publicados en revistas científicas por las que uno no recibe honorarios, es decir, o su cuantía es simbólica, lo que demuestra una férrea voluntad de investigar y escribir que le caracterizó toda la vida, pues Gaya es un escritor nato que se sirvió de la escritura para expresarse. En este sentido, la situación política del país impidió a Gaya expresar sus ideas políticas de manera abierta a través de la escritura, pero si nos acercamos a los temas por los que se interesó y la forma en que los abordó comprobamos cómo a través de la Historia del Arte le fue posible encontrar un refugio desde el que expresar su posición frente al mundo desde el compromiso político.
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Fuentes.
Exposiciones.
<Exposición-homenaje Joan Miró>. Barcelona. Galerías Layetanas (23 abril-6 mayo 1949). Antológica. 57 obras provenientes de colecciones de Barcelona. Cat. en nº especial de “Cobalto”. Textos: Miró y los poetas (1 p. Vicente Aleixandre, Paul Eluard, J. V. Foix, Raymond Queneau, Adriano del Valle, Vicente Huidobro, J.-E. Cirlot, Joan Brossa), Miró y los críticos (1p. Eugeni d’Ors, Sebastià Gasch, J. A. Gaya Nuño, R. Santos Torroella, Joan Perucho, Joan-Josep Tharrats), declaraciones de Miró (1 p. de “La Publicitat”, 1928; y “Ahora”, 1931). 9 pp.
*<20 años de pintura española>. Barcelona. Antiguo Hospital de Santa Cruz (octubre 1962). Organizada por Ateneo de Madrid y patrocinada por Ministerio de Información y Turismo, como panorámica de la pintura española después de la guerra civil. Itinerante por Sevilla, San Sebastián, Vigo, Pontevedra, Santiago de Compostela. Obras de 158 pintores contemporáneos, con una obra de cada uno: Miró (de una col. privada), Amalia Avia, Joan Brotat, Canogar, Chirino, Clavé, Javier Clavo, Cuixart, Álvaro Delgado, Alfonso Fraile, Juana Francés, Genovés, María Girona, Guinovart, Hernández Mompó, José Hurtuna, Santiago Lagunas, Antonio López, César Manrique, Jordi Mercadé, Monjalés (José Soler Vidal), Palencia, Ràfols-Casamada, Sempere, Sucre, Sunyer, Tàpies, Togores, Torner, Zabaleta… Cat. Textos de Gaya Nuño, J. A. La fase figurativa. Santos Torroella, R. La Escuela Catalana. Castro Arines, José. De 1953 hasta hoy.
Libros.
Gaya Nuño, Juan Antonio. Autorretratos de artistas españoles. Argos. Barcelona. 1950. 56 pp.
Gaya Nuño, J. A. Medio siglo de movimiento vanguardista en nuestra pintura. Dau al Set. Barcelona. XII-1950: Miró en pp. 10, 11, 18.
Gaya Nuño, J. A. La pintura española en el medio siglo. Omega. Barcelona. 1952. 79 pp.
Gaya Nuño, J. A. Entendimiento del arte. Taurus. Madrid. 1959. 364 pp. Incluye en pp. 214-219, Los 60 años de Juan Miró. “Insula”, Barcelona, 88 (20-IV-1953) 9-10.
Gaya Nuño, J. A. Escultura ibérica. Aguilar. Madrid. 1964. 185 pp.
Gaya Nuño, J. A. La pintura española del siglo XX. Ibérico Europea de Ediciones. Madrid. 1972 (1970). 437 pp.
Gaya Nuño, J. A. Historia de la crítica de arte en España. Ibérico Europea de Ediciones. Madrid. 1975. 366 pp.
Gaya Nuño, J. A. Arte del siglo XX, en col. Ars Hispaniae, v. XXII. Plus Ultra. Madrid. 1975 (1977 en BMNCARS). 430 pp. Miró (344-350).
Gaya Nuño, J. A. Obras completas. Edición por Consolación Baranda. Ed. Fundación José Antonio de Castro, Biblioteca Castro. Madrid. 2 vs. 1999 y 2000. Vol. I. introdud. de 30 pp y texto de 879 pp. Vol. II de 705 pp. Recopilan su narrativa, sin incluir la crítica e historia del arte.
Prólogos.
Larco, Jorge; Larraiza, R. M. Pintura española moderna y contemporánea. Ed. Castilla. Madrid. 1964-1965. 3 vs. 402 láminas. Prólogo de J. A. Gaya Nuño. v. I. De Goya al impresionismo. v. II. De Nonell al Informalismo. v. III. Repertorio gráfico.
Artículos.
Gaya Nuño, J. A. Medio siglo de movimientos vanguardistas en nuestra pintura. “Dau al Set”, Barcelona (XII-1950).
Gaya Nuño, Juan Antonio. Los 60 años de Juan Miró. “Insula”, Barcelona, 88 (15/20-IV-1953) 9-10. FPJM, t. V, p. 4, cit. como “Insula”, Barcelona, 88 (20-IV-1953). Reprod. en Gaya Nuño. Entendimiento del arte. 1959: 214-219.
Gaya Nuño, J. A. Reseña de Soby, Joan Miró (The Museum of Modern Art, 1959) en “Archivo Español de Arte”, Madrid, t. XXXIV, nº 133-136 (1961): 280.
Gaya Nuño, J. A. Las escuelas pictóricas españolas en los grandes movimientos universales. “Cuadernos Hispanoamericanos” (VI-1958).
Gaya Nuño, J. A. Miró, sucesor de Picasso en la jerarquía del color. “Profesión Médica”, 1129 (21-III-1974) 27.
Entrevistas.
Florez, Miguel Ángel. Entrevista a Gaya Nuño. Gaya Nuño y los pintores españoles de este siglo. “ABC” (24-IX-1972) 116-117. Miró: 117.
Otros. Libros.
Borrás Gualis, Gonzalo. Gaya Nuño, historiador y crítico de arte, en AA.VV. Catálogo del legado pictórico de Juan Antonio Gaya Nuño. Ed. Caja de Salamanca y Soria. 1994: 29-43.
Calvo Serraller (dir.). Enciclopedia del arte español del siglo XX. 1991-1992): t. II. 198-199 y 206-207.
Calvo Serraller. Enciclopedia del arte español del siglo XX. 1991-1992. II. Contexto: 198-199 y 206-207.
Díaz Sánchez, Julián; Llorente Hernández, Ángel. La crítica de arte en España (1939-1976). 2004: 521-522.
Otros. Artículos.
Ballester, José María. Recuerdo de Juan Antonio Gaya Nuño. “El País” (10-VII-1976).
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TEXTOS :

Claves íntimas de la crítica de arte (fragmento)

» Tratar de comentar y valorar el arte actual sin conocer profundamente todo el arte anterior es tarea destinada al más inútil de los fracasos. Y, además, historiar el arte antiguo desconociendo el nuevo novísimo no lleva sino a una entomología y mineralogía de lo consagrado, no ya odiosa, sino absolutamente criminal. Tan descomedido es explicar la obra de Manet sin referirse a Velázquez, como comentar a éste prescindiendo de Manet. Eso de encerrar materia tan maravillosa cual es el arte en apartados estancos, sólo puede ser obra de perfiles burocráticos y, en efecto, no de otro modo se profesa en los pobres centros de burocracia que son las universidades. »

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Pequeñas teorías del arte (fragmento)

» Yo comprometo mi pensamiento y mi postura sin la menor pretensión de ser seguido. A lo que aspiro es a promover inquietud y consiguiente diálogo, a sostener discusión con el lector, aunque las conclusiones de éste sean todo lo antagónicas y dispares de las mías que pueda pensarse. Cualquier cosa antes que el silencio o que la aceptación sumisa de los tópicos establecidos. »

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UNA NOTA MÁS

También fue objeto de estudio la pintura española de la Edad Moderna, a la que hizo contribuciones importantes, no de carácter documental, es decir de archivo, con lo que esto significaba en una época en el que éste planteamiento era dominante en la investigación disciplinar –recordemos el título de la revista que publicaba el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Archivo Español de Arte-, porque, entre otras cosas, no podía permitirse el lujo de pasarse semanas enteras o meses leyendo y trascribiendo. Sus contribuciones son valiosas desde el punto de vista interpretativo, de ahí el interés y la vigencia de su pensamiento en la actualidad. No es de extrañar entonces que desde muy joven desarrollara un interés muy acendrado por cuestiones de patrimonio y esto, como ocurría con Lafuente Ferrari, le singulariza entre la pléyade de los historiadores del arte español.

Tras una guerra muy destructora y en un país económicamente en precario, se hacía evidente la fragilidad del patrimonio histórico español, no había nada más vulnerable que los edificios o las obras de arte que contenían, porque la postguerra fue un periodo de expolio alarmante.

Juan A. Gaya Nuño

 

WYSTAN HUGH AUDEN.INGLATERRA-EE.UU. 1907-1973

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WYSTAN HUGH  AUDEN

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WYSTAN HUGH AUDEN

Reseña biográfica

Poeta y ensayista norteamericano de origen  inglés nacido en York, Yorkshire, en 1907.
Su infancia transcurrió en Birmingham donde su padre ejercía como profesor de la escuela de medicina. Muy pronto se interesó por la poesía, y al ingresar a la Universidad de Oxford, escribió los primeros poemas.  Su primera colección apareció en 1930, convirtiéndolo en la voz más influyente de la nueva generación de poetas ingleses.

FUENTE: http://www.amediavoz.com

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Visitó Alemania, Islandia, China y España, y finalmente se estableció en Estados Unidos en 1939 donde más tarde se hizo ciudadano americano.
Entre sus obras más destacadas se cuentan «Hombre doble» en 1941,  «El escudo de Aquiles» en 1955,«Poemas extensos completos»  en 1969 y «La edad de la ansiedad» ganadora del Premio Pulitzer en 1948.
De 1954 a 1973 fue director ejecutivo de la Academia Americana de Poetas y dividió la mayor parte se su tiempo entre Nueva York y Austria. Falleció en Viena en 1973. 

2

Asilo de ancianos

Todos poseen un límite: cada uno
Tiene un matiz de daño muy distinto. La élite
Es capaz de arreglarse por sí misma,
Caminar apoyada en un bastón,
Leer completo un libro, interpretar
Movimientos de fáciles sonatas.
(Pero acaso la libertad carnal
Es el veneno del espíritu:
Conscientes de lo que ha sucedido y el porqué
Abominan su tristeza sin lágrimas.)
Luego vienen los de silla de ruedas, el promedio
Que soporta la tele
Y guiado por amables terapeutas
Canta en comunidad.
Después los solitarios que musitan
Palabras en el limbo, y al final
Los que ya son del todo incompetentes
Y como una parodia de las plantas
(Ellas pueden sudar sin ensuciarse).
No obstante, hay algo que los une:
Todos aparecieron cuando el mundo,
A pesar de sus males,
Era más habitable y más vistoso
Y los viejos tenían auditorio
Y un lugar en la tierra.
(El niño reprendido por su madre
Podía refugiarse con la abuela para ser consolado
Y escuchar algún cuento.)
Hoy ya todos sabemos qué esperar,
Mas su generación es la primera
Que se ha desvanecido de este modo:
No en casa sino asignada a un pabellón, arrojada
Como se arrumban fardos indeseables.

Mientras voy en el Metro para estar
Media hora con una del asilo,
Recuerdo quién fue ella en su esplendor.
Entonces visitarla era un orgullo
Y no una caridad.
¿Seré tan frío como para esperar
Un somnífero rápido, indoloro;
O bien para rogar, como ella ruega,
Que Dios o la naturaleza precipiten
Su función terrenal?
1970

Versión de José Emilio Pacheco

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Canción de cuna

El estrépito del trabajo queda mitigado,
otro día ha llegado a su ocaso
y se ha cernido el manto de la oscuridad.
¡Paz! ¡Paz! Desprovee tu retrato
de sus vejaciones y descansa.
Tu ronda diaria ha concluido,
has sacado la basura,
respondido algunas cartas aburridas
y pagado una factura a vuelta de correo,
todo ello frettolosamente.
Ahora tienes permiso para yacer,
desnudo, aovillado cual quisquilla,
recostado en la cama, y disfrutar
de su acogedor microclima:
canta, Grandullón, canta arrorró.

Los antiguos griegos se equivocaban:
Narciso es un vejete,
domado por el tiempo, liberado al fin
de la lujuria de otros cuerpos,
racional y reconciliado.
Durante muchos años envidiaste
al hirsuto, el tipo machote.
Ya no: ahora acaricias
tu carne casi femenina
con enorgullecida satisfacción,
imaginando que eres
inmaculado e independiente,
calentito en la madriguera de ti mismo,
madonna y bambino:
canta, Grandullón, canta arrorró.

Deja que tus últimos pensamientos sean todo agradecimiento:
ensalza a tus padres que te dieron
un Super Ego de fuerza
que te ahorra tantas molestias,
llama a amigos y seres queridos por doquier,
luego rinde justo tributo
a tu edad, a haber
nacido cuando naciste. En la adolescencia
se te permitió conocer
hermosas antiguallas
que pronto desaparecerían de la faz de la tierra,
locomotoras de caldera venical, motores de balancín
y ruedas hidráulicas de admisión superior.
Sí, amor mío, has tenido suene:
canta, Grandullón, canta arrorró.

Ahora a caer en el olvido: que
la mente del vientre se apropie
por debajo del diafragma,
del dominio de las Madres,
quienes vigilan las Puertas Sagradas,
sin cuyas mudas advertencias
el yo verbalizador pronto
se conviene en un déspota despiadado,
lascivo, incapaz de amar,
desdeñoso, hambriento de estatus.
Si te acecharan los sueños, no les hagas caso,
pues todos ellos, tanto los dulces como los horrendos,
Son bromas de dudoso buen gusto,
demasiado insípidas para hacerles caso.
canta, Grandullón, canta arrorró.
Abril de 1972

Versión de Eduardo Iriarte
«Canción de cuna y otros poemas»

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Dichtung und wahrheit  (fragmento)

L
Este poema que deseaba escribir debería haber expresado exactamente lo que quiero decir cuando pienso
las palabras Te amo, pero no puedo saber exactamente qué quiero decir;
debería haberme resultado manifiestamente verdadero, pero las palabras no pueden
verificarse a sí mismas. Así que este poema quedará sin escribir. Eso no importa.
Llegas mañana; si estuviera escribiendo una novela en la que ambos fuéramos personajes,
sé exactamente cómo te recibiría en la estación: adoración en la mirada; en la lengua
guasa y
 lascivia.
Pero ¿quién sabe cómo te recibiré exactamente? ¿La Dama Bondad?
Vaya, esa sí que es una idea. ¿Se podría escribir un poema (un tanto desagradable, quizá)
sobre Ella?
1959

Versión de Eduardo Iriarte
«Canción de cuna y otros poemas»

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Epílogo

Los mundos ficticios e intemporales
de significado manifiesto
no deleitarían,

uno fuera el nuestro
uno temporal donde nada
eslo que parece.

.  .  .

Un poema; un cuento:
pero cualquiera bueno
nos empuja a querer saber.

.  .  .

Sólo los pájaros poco melodiosos,
guerreros inarticulados,
necesitan un plumaje llamativo.

.  .  .

En una casa de citas, tanto
las damas como los caballeros
tienen motes únicamente.

.  .  .

El Mal enmudecido
tomó prestado el lenguaje del Bien
y a ruido lo redujo.

.  .  .


Un día triste y árido.
¿Qué falsedad pirata
ha decapitado tu raudal de Verdad?

.  .  .


En momentos afortunados parecemos a punto
de decir de veras lo que creemos que creemos: r
pero, incluso entonces, el ojo honrado debería guiñar.

.  .  .


La Naturaleza, consecuente y augusta,
no puede enseñarnos qué escribir o hacer:
con Ella lo real siempre es cierto,
y lo que es cierto también es justo.

.  .  .


El tiempo te ha enseñado
cuanta inspiración
te aportaron tus vicios,
la deuda de la imaginación
con la tentación
a la que cediste,
que más de un hermoso
verso expresivo
no habría existido,
si hubieras ofrecido resistencia:
como poeta, tú
sabes que es cierto,
y aunque en la Iglesia
a veces rezas
para sentirte contrito,
no funciona.
felix culpa, dices:
igual tienes razón.

Esperas, sí,
que tus libros te justifiquen,
te salven del infierno:
aun así,
sin parecer triste,
sin que en modo alguno
dé la impresión de que te culpa
(no le hace falta,
bien sabe
a qué hace caso
un enamorado del arte como tú),
Dios puede hacer
el Día del Juicio,
que te deshagas en lágrimas de vergüenza,
recitando de memoria
los poemas que
habrías escrito, si
hubiera sido digna tu vida.

Versión de Eduardo Iriarte
«Canción de cuna y otros poemas»

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Funeral blues

(De «Dos canciones para Hedli Anderson)

Paren todos los relojes, descuelguen el teléfono,
Eviten que el perro ladre dándole un hueso jugoso,
Silencien los pianos, y con un apagado timbal,
Saquen el ataúd, dejen pasar a los deudos.

Que los aviones nos sobrevuelen en círculos luctuosos
garabateando en el cielo el mensaje  Él ha muerto,
Pongan un crespón alrededor de los cuellos blancos de las palomas,
Que los policías de tráfico usen guantes negros de algodón.

Él era mi Norte, mi Sur, mi Este y mi Oeste,
Mi semana de trabajo y mi descanso dominical,
Mi mediodía, mi medianoche, mi palabra, mi canción;
Creí que el amor sería eterno, pero me equivoqué.

Ya no deseo las estrellas: apáguenlas todas;
Llévense la luna y desmantelen el sol;
Vacíen el océano y talen los bosques,
Porque ya nada puede volver a ser como antes.

Versión de Luis S.

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La historia de la verdad

En aquellos tiempos en que ser era creer,
la Verdad era el súmmum de muchos creíbles,
más previa, más perpetua, que un león con alas de murciélago,
un perro con cola de pez o un pez con cabeza de águila,
en absoluto como los mortales, en tela de juicio por sus muertes.

La Verdad era su modelo mientras se afanaban en construir
un mundo de objetos perdurables en los que creer,
sin creer que la loza de barro y la leyenda,
el pórtico y la canción, eran veraces o embusteros:
la Verdad ya existía para ser cierta.

Esto ahora que, práctica como los platos de cartón,
la Verdad es convertible en kilovatios,
lo último por lo que nos regimos es un antimodelo,
alguna falsedad que cualquiera puede desmentir,
una nada en cuya existencia nadie tiene por qué creer.
1958 ¿?

Versión de Eduardo Iriarte
«Canción de cuna y otros poemas»

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POEMAS SUELTOS 1.»LOS VERSOS SON LA MÚSICA DEL ALMA».

POEMAS SUELTOS 1

«LA LECTURA ES EL VIAJE DE LOS QUE NO PUEDEN TOMAR EL TREN» (F. DE CROISSET)

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RETRATO DE FRANCIS  DE CROISSET)

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Mujer desnuda

Nevó toda la noche
sobre el jardín de tu cuerpo;
mas todavía hay rosas
y botones abiertos.

Las dóciles hebras sutiles
de la última rama del árbol
caen como lluvias de oro
sobre la firme blancura de los tallos.

Violetas,
que se ocultan
en la hierba de tus pestañas;
apasionadas y profundas.

Hay dos rosas dormidas
con turbador ensueño
en las magnolias impasibles
de tus senos.

Y más oro
en los muslos,
porque pinta el sol la seda
de los musgos.

Y tus pies y tus manos,
menudas y largas raíces,
ahondan la tierra
temblorosa de amor de los jardines.

ENRIQUE GONZÁLEZ ROJO    ( México )

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                                                                                                                                                                                                                                                              CELOS ENTRE HERMANOS

Celos

Tengo celos de ti, por qué negarlo,
tengo celos de ti, celos rabiosos,
celos de la sonrisa de tu boca,
celos de las miradas de tus ojos,
cuando yo no te oigo… cómo hablas?
Cuando yo no te miro… cómo miras?
Cuando no estoy delante… cómo suenan
los raudos cascabeles de tu risa?

¿Tú sabes que en las miradas de los hombres
hay miradas impuras?
Que unas veces parecen que acarician
y otras parece que desnudan?
Cuando te envuelve una mirada de esas
y sientes que resbala por tu cuerpo
…Qué es lo que piensas?… Dí,
qué es lo que piensas?

Cuando tengo tu mano entre mis manos,
yo sé cómo tu carne se estremece,
cuando es otra la mano que te oprime,
qué es lo que sientes? Di,
que es lo que sientes?
Yo puedo adivinar qué pensamientos
laten en ti cuando de mí te acuerdas.
Cuando es de otro el recuerdo que te asalta,
qué es lo que sueñas?…Di,
qué es lo que sueñas?

Yo te he visto mil veces temblorosa
ante el fervor de mis ardientes frases,
con los divinos ojos entornados
y los húmedos labios anhelantes,
imbuida de amor desvanecida.

Cuando yo soy el amor, el que te habla,
si las palabras son las mismas…dime,
cómo te suenan de otros las palabras?
Tú juras que me has dado
tu corazón, tu cuerpo y tu cariño,
pero nunca sabré si tras tus ojos
se esconde un pensamiento que no es mío.

Y qué importa tu cariño entonces?
Qué vale la escultura de tu cuerpo
si son los pensamientos de tu alma
como villanos que arrebatara el viento?

PEDRO MATTA    (España, 1875 – 1976)

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Como si fuera un rito…

Como si fuera un rito
dejé por las cubiertas
las ropas que oprimían
mi piel y mis deseos.

En la quietud serena,
oscura, de la noche
quedé desnudo y libre
en actitud de entrega.

Estrellas infinitas
gimieron en mis brazos
y yo gemí con ellas
sediento, enamorado.

Estuve como un dios,
minutos, tal vez horas,
desnudo y voluptuoso
engendrando galaxias.

Los cúmulos trajeron
la lluvia hasta mi pecho
que fue corriendo dulce
en brazos, vientre, sexo…

Desnudo fui tomando
el mundo que dejara
y fui de nuevo el hombre
de los cansados ojos
y las cansadas ansias.

ARIEL CANZANI        ( Argentina )

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Como sombra ignorada

No tener un regazo que nos brinde, piadoso,
tras los rudos cansancios del humano fracaso,
la ilusoria certeza de un sereno reposo.
¡No tener un regazo!

No tener una estrella cuyos níveos fulgores
en el alma nos rimen la sonata más bella,
en la noche enlutada de los torvos dolores,
¡No tener una estrella!

No tener un perfume redentor del cautivo
corazón, que en las redes del pesar se consume,
con la amarga nostalgia del recuerdo más vivo,
¡No tener un perfume!

No tener una amada, melancólica y buena,
que nos cante, muy quedo, la canción ya olvidada
del amor, y que sepa suavizar nuestra pena…
¡No tener una amada!
Y estar lejos, muy lejos del edén florecido;
y seguir siendo triste, soñador, dolorido,
y pasar por la vida como sombra ignorada,
sin tener para el alma que triunfó del olvido,
¡ni regazo, ni estrella, ni perfume, ni amada!…

Pablo Abril de Vivero    ( Perú 1894-1987)

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                                                                                                                                                                                                                                           CONTEMPLACIÓN  FÍSICA DE LA MIRADA

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Contemplación

Me hallé mirando
tu desnudez mojada;
el agua por tu rostro,
el agua por tu pecho
intrépida bajaba.

Como si acaso fueras
por ella poseída
y un hálito indecible
me arrebatara vida.

Uní junto a la tuya,
mi desnudez ardiente;
el agua entonces fría,
acarició mi frente,

me acarició la carne
y el alma ardiente daba
consejos que a mis manos
fogosas ordenaba.

Vagué por tus perfiles,
vagaste por los míos,
sentimos deshacerse
nuestros profundos fríos.

Mientras que escurridiza
y cual testigo muda
el agua nos brindaba
su erotizante ayuda.

FRANCISCO ARGENTEO    (Colombia, 1962)

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Dame la mano, amor, que no podemos…

Dame la mano, amor, que no podemos
descansar todavía.
Tendrás que recorrer conmigo el tiempo;
mira cuánta distancia hasta la nieve,
cuántos copos de tierra
para olvidar los ojos del pasado
y encontrar el mañana
con un beso en la boca.

Ya sé que estás herido;
que te fatiga
atravesar la noche
y tienes miedo
de que, al final,
nos aguarde tan sólo la tristeza.

Ya sé que te rendiste
muchas veces al sol que deshidrata
todos los corazones;
pero yo te he salvado
trayendo un fresco arroyo hasta tus venas.

Si no puedes con todo
te llevaré en los brazos.
Has visto que soy fuerte
y que puedo arrasar todo el abismo.

Mataré los jaguares si se atreven
a acercarse a nosotros.
Antes de que emprendiéramos el viaje
cogí todas las armas
que tú me regalaste
y me mentalicé para la lucha.

Puedo con el desdén de las anémonas,
con la desilusión
de todos los reptiles,
con la envidia mortal del aguacero.

Apóyate en mi hombro.
A mí nada me agota,
ni siquiera la lluvia.

«De este largo viaje hacia la lluvia»

MARÍA LUISA MORA ALAMEDA        ( España, 1959 )

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BORIS PASTERNAK,RUSIA 1890-1960

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BORIS PASTERNAK: POETA Y NOVELISTA

RESEÑA BIOGRÁFICA

Poeta y novelista ruso nacido en Moscú en 1890.

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Hijo de un famoso pintor  y de una conocida concertista de piano, inició su educación en un Gimnasio alemán de Moscú y adelantó estudios de música con el famoso compositor Skribain hasta 1910. Durante algunos meses adelantó cursos de Filosofía en la Universidad de Marburgo de Alemania, viajó por Italia y finalmente regresó a Moscú para dedicarse definitivamente a la literatura.

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La forma de sus versos de juventud es compleja. Sólo en los últimos años su obra alcanzó la diafanidad de los clásicos. Algunos títulos como 
«El gemelo en las nubes» 
en 1914, «Más allá de las barreras» en 1917, 
«Mi hermana la vida» 
en 1922, «En trenes de la mañana»en 1943 y 
«La vastedad terrestre»
 en 1945, hacen parte de su obra.

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Fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1958,  por su única novela «El Doctor Zhivago», traducida a numerosos idiomas.

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Pasternak - Familia
Fue un gran traductor al ruso de Shakespeare, Goethe y Rilke, entre otros.
Falleció en Peredelkino en mayo de 1960.

FUENTE: http://www.amediavoz.com

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La poesía

Poesía, te voy a jurar
y termino, estoy ronco:
tú no eres el habla melosa,
tú eres el estío en tercera clase,
tú eres arrabal, y no estribillo.

Tú eres asfixiante como mayo, Yámskaya,*
un reducto nocturno de Shevardino,*
en el que lanzan gemidos las nubes,
marchándose luego por lados distintos.

Y, doblándose en la espiral de las vías
-no el estribillo, sino el arrabal-,
se arrastran de las estaciones a sus casas,
no cantando, sino estupefactos.

Los restos de la lluvia manchan los racimos
y largo rato, hasta la aurora,
desgranan acrósticos en todos los techos,
lanzando burbujas con rima sonora.

¡Poesía, si debajo del grifo tienes
una perogrullada, vacía, cual cubo de zinc,
que siga, no obstante, fluyendo tu chorro!
¡Puesto tienes debajo el cuaderno: fluye, pues!

1922

* Yámskaya: nombre de varias calles de Moscú.
*Shevardino: reducto del campo de batalla de Borodinó. (Nota del traductor.)

Versión de César Astor

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La primavera

Primavera. Vengo de la calle
donde el álamo esta maravillado,
donde se asusta la lejanía,
donde la casa tiene miedo a caer,
donde el aire es azul
como el envoltorio de la ropa blanca
del que ha sido dado de alta del hospital.

Donde la noche está vacía
como el relato interrumpido
que una estrella dejó sin terminar,
para perplejidad
de miles de ojos ruidosos,
sin fondo y carentes de expresión.

1918

Versión de César Astor

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Fin

¿Fue todo realidad? ¿Es hora de paseos?
Es mejor dormir eternamente, dormir, dormir,
y no ver sueño alguno.

Otra vez la calle. Otra vez la cortina de tul.
Otra vez, cada noche, la estepa, el almiar, los lamentos,
ahora, y en adelante.

Las hojas en septiembre, con asma en cada átomo,
ven en sueños silencios y sombras. De pronto despierta el verbel
la carrera de un perro.

Espera que se tiendan. De pronto aparece un gigante,
y otro. Unos pasos. «Aquí hay un tornillo».
Un silbido y una voz: «¡Espera!»

¡Si él, literalmente, hundía, desmoronaba el camino
con nuestro paso! El hasta el suelo
torturaba contigo.

Otoño. Baja un abalorio de amarillo azulado.
¡Ay, como tú, podredumbre, he de morir!
¡Qué cansado de vivir estoy!

¡Oh! A destiempo la noche nos inciensa con las maniobras
de las locomotoras; cuado llueve cada hoja se quiere
marchar a la estepa, como aquéllas.

!Las ventanas me hacen escenas. ¡Pero es en vano!
La puerta salta de los goznes cuando el hielo
le besa los codos.

Preséntame a alguno de los ahítos,
como ellos, por la cosecha de los campos del sur,
solares y herrumbre.

¡Pero con la dentera, el pasmo, los terrones
en la garganta, con la tristeza de tantas palabras
te cansas de tener amistad!

Versión de César Astor

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Festines

Bebo la amargura de los nardos,
la amargura de cielos otoñales,
y en ellos el chorro ardiente de tus traiciones.
Bebo la amargura de las tardes, las noches,
y las multitudes,
la estrofa llorosa de inmensa amargura.

La sensatez de engendros de talleres no sufrimos.
Hostiles somos hoy al pan seguro.
Inquieta el viento aquel de los coperos brindis,
que, muy posiblemente, jamás se cumplirán.

Heredamiento y muerte son comensales nuestros.
Y en la serena aurora, los picos de los árboles llamean.
En la galletera, cual ratón, rebusca un anapesto,
y Cenicienta cambia con premura de vestido.

Suelos barridos, en el mantel…    ni una migaja.
El verso es sereno cual beso infantil.
Y corre Cenicienta, en su coche si hay suerte,
y cuando no hay ni blanca, con sus piernas también.

1913, 1928

Versión de César Astor

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A un amigo

¿Acaso yo no sé que hundida en las tinieblas,
jamás a la luz llegaría, la ignorancia,
y que soy un monstruo, y que la dicha de cien mil
no me toca más que la falsa felicidad  de cien?

¿Y acaso yo no me ligo al quinquenio,
no me caigo y levanto con él?
Pero, ¿qué voy a hacer con mi caja torácica,
y con lo que es más rutinario que toda rutina?

No está bien que en los días del gran consejo,
en el que las plazas se han dado a la pasión suprema,
se deje la vacante del poeta:
ésta es peligrosa, si no está vacía.

1931

Versión de César Astor

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POEMAS DE MIHAI EMINESCU-«SOCIEDAD LITERARIA JUNIMEA»

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Mihai Eminescu Street (Photo credit: cod_gabriel)
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English: Iaşi , Central Universitary Library „Mihai Eminecu“ , Iaşi , Romania Română: Biblioteca Centrală Universitară «Mihai Eminescu». Locaţie: Iaşi. Autor o_mores (Photo credit: Wikipedia)

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MIHAI EMINESCU

Mihai Eminescu o Mihail Eminovici (15 de enero de 1850 – 15 de junio de 1889) fue un poeta del romántico tardío. Posiblemente es el poeta rumano más conocido a nivel mundial, siendo sus obras más conocidas Luceafărul (El lucero o La Estrella de la Mañana), Mai am un singur dor (Ya echo de menos tan solo una cosa más), y 5 Scrisori (Las Cinco Epístolas).

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FUENTE: http://es.wikipedia.org

Era un miembro activo de la Sociedad Literaria «Junimea», siendo además afiliado al Partido Conservador de Rumanía y periodista en «Timpul» (el periódico oficial del Partido Conservador).

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Orígenes

«Mihail» es una forma arcaica de Mihai, (Miguel en idioma español). Ambos se usaban en la época en la que vivió, y él usó los dos. De todas formas, en Rumanía se le conoce actualmente como Mihai Eminescu.

Su padre, Gheorghe Eminovici, era de Călineşti, por aquel entonces una aldea de la provincia austríaca de Bucovina, pero cruzó la frontera con Moldavia asentándose en el pueblo deBotoşani, y casándose con Raluca Iurăscu, descendiente de una antiquísima familia moldava de la aristocracia.

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English: Iaşi , Central Universitary Library „Mihai Eminescu“ , Iaşi , Romania Română: Iaşi , Biblioteca Centrala Universitară „Mihai Eminescu“ , Iaşi , România (Photo credit: Wikipedia)

Primeros años

Nació en IpoteştiBotoşani, en la región rumana de Moldavia. Pasó su infancia en Ipoteşti, en el hogar familiar. Entre 1858 y 1866 asistió a la escuela en Cernăuţi, finalizando el 4º curso como 5º de su promoción, tras lo cual realizó dos años de educación secundaria.

La primera evidencia de Eminescu como escritor es de 1866, cuando tras la muerte de su profesor de rumano, sus compañeros y él publicaron un panfleto Lăcrămioarele invăţăceilor gimnaziaşti (Lágrimas de los estudiantes del Instituto) para el que escribió el poema La mormântul lui Aron Pumnul (A la tumba de Aron Pumnul(Puño)).

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Años universitarios

En octubre de 1869 entra en la Facultad de Filosofía de Viena como estudiante extraordinario, es decir como simple oyente, faltándole el diploma de Bachillerato. Conoce a Ioan Slavici y a otros estudiantes rumanos de Transilvania yBucovina y entra en una sociedad de estudiantes llamada «România junǎ» («La joven Rumanía«). Los años de universidad fueron en realidad para Eminescu años de profundizar en las grandes obras de la cultura occidental (y algunas de la cultura oriental).

Madurez

En 1874 Eminescu regresa a su país y vive en Iaşi hasta 1877. Trabaja como director de la Biblioteca Regional, revisor escolar para las provincias Iaşi y Vaslui o como redactor del periódico «Curierul de Iaşi«. Sigue publicando en la revista «Convorbiri literare«(Conversaciónes Literarias). Empieza su amistad con Ion Creangă, conocido hoy como uno de los cuatro clásicos de la literatura rumana. Su situación material es inestable y tiene problemas familiares.

En 1877 se mueve a Bucarest, donde hasta 1883 es redactor, y después redactor-jefe del periódico «Timpul«,(El Tiempo) el periódico oficial del Partido Conservador. Su actividad periodística es remarcable, pero la falta de apoyo debilita su salud física y psíquica.

En junio de 1883, extenuado, el poeta cae gravemente enfermo, siendo internado en el hospital del doctor Şuţu, y expuesto a un tratamiento a base de inyecciones con mercurio. También hay una versión según la cual el poeta cayó víctima de una conspiración política de los que habían sido acusados de corrupción en su periódico y de los que miraban con mal ojo su supuesta actividad en una sociedad secreta que luchaba para la liberación de Transilvania de la ocupación austro-húngara y para la unión de todos los rumanos en un solo Estado. Fue trasladado a un sanatorio de Viena, donde se interrumpió el tratamiento con mercurio y su estado mejoró, pero al regresar en Rumanía oscilará hasta el día de su muerte prematura. Muere en el 15 de junio de 1889 en la casa de salud del doctor Şuţu. La variante que parece más plausible es que Eminescu sufría de una enfermedad hereditaria llamada Trastorno Bipolar, que afectó también a dos de sus hermanos.

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En «La vida de Mihai Eminescu«, libro publicado en 1932, el crítico George Călinescu escribió estas palabras acerca de la muerte del poeta :

«Así pereció, en el octavo lustro de su vida el más grande poeta, que nació y nacerá alguna vez, quizás, la tierra rumana. Aguas secarán en su lecho, y sobre su lugar de entierro se levantará algún bosque o alguna fortaleza, estrellas desaparecerán en la lejanía, hasta que nuestra tierra recogerá todas sus savias y las levantará en el tubo delgado de otra azucena con la fortaleza de esos perfumes

Ésta afirmación, como casi todo lo ligado a Eminescu, podría iniciar una polémica entre los literatos rumanos.

Su tumba se encuentra en el Cementerio de Bellu de Bucarest.

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Statue of Mihai Eminescu, Iaşi, Romania (Photo credit: Wikipedia)
English: Iaşi , Mihai Eminescu Statue , Iaşi ,...
English: Iaşi , Mihai Eminescu Statue , Iaşi , Romania Română: Iaşi , Statuia lui Mihai Eminescu , Iaşi , România (Photo credit: Wikipedia)
English: Iaşi , „Mihai Eminescu“ Museum , Iaşi...
English: Iaşi , „Mihai Eminescu“ Museum , Iaşi, Romania Română: Iaşi , „Mihai Eminescu“ Museum ,Iaşi, România (Photo credit: Wikipedia)

TRES POEMAS DE MIHAI EMINESCU

FUENTE: http://zonaliteratura.com

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Flor azul

“¿De nuevo hundido en los astros,
en las nubes, en los cielos?
Por lo menos, no me olvides,
alma y vida de mi vida.

En vano los arroyuelos
juntas en tu pensamiento
y las campiñas asirias
y la tenebrosa mar;

las pirámides vetustas
que alzan sus puntas al cielo.
¡Para qué buscar tan lejos
tu dicha, querido mío! ”

Así mi niña me hablaba,
dulcemente acariciándome.
¡Ella tenía razón!
Yo reía, sin embargo.

“Vámonos al bosque verde,
donde las fuentes del valle
lloran y la roca puede
precipitarse al abismo.

Allí, en lo claro del bosque,
cerca del junco tranquilo,
bajo la serena bóveda
del moral nos sentaremos.

Y me contarás los cuentos
y me dirás las mentiras;
yo, con una margarita
comprobaré si me quieres.

Y bajo el calor del sol,
roja como una manzana,
tenderé mi cabellera
para cerrarte la boca.

Si tú acaso me besaras,
nunca nadie lo sabría,
pues debajo del sombrero,
¡eso a quién puede importarle!

Cuando a través de las ramas
salga la luna de estío,
tú me enlazarás del talle,
yo me prenderé a tu cuello.

Bajo el techo de las ramas,
al descender hacia el valle,
caminando cambiaremos
nuestros besos como flores.

Luego, al llegar a la puerta,
hablaremos en lo oscuro;
que nadie de esto se ocupe;
si te quiero, ¿a quién le importa? ”

Un beso más… y se ha ido.
¡Yo quedo bajo la luna!
¡Qué hermosa es y qué loca
es mi azul, mi dulce flor!

* * *

Tú, maravilla, te fuiste,
y así murió nuestro amor .
¡Flor azul, oh flor azul!…
¡Qué triste que es este mundo!

Versión de Rafael Alberti y María Teresa León

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Separación

¿Pedirte yo un recuerdo para que no te olvide?
Sólo a ti te quisiera, mas no te perteneces;
ni esa flor ya sin vida entre tu pelo rubio,
pues que sólo deseo que me eches al olvido.

¿De qué sirve sentir la dicha ya apagada,
que no se extingue y sigue igual eternamente?
El mismo río canta con diferentes ondas:
¿de qué puede servir la persistente pena
si a través de este mundo está escrito pasamos
cual sueño de una sombra y sombra de un ensueño?
¿Para qué preocuparte de mí más adelante?
¿Por qué contar los años que vuelan con los muertos?
Lo mismo da que muera hoy día que mañana,
ya que borrar deseo el rastro de mi paso,
ya que quiero que olvides nuestro sueño feliz.
No vuelvas, vida mía, a los años pasados,
en una sombra negra queda desvanecida,
como si jamás juntos hubiésemos estado,
como si aquellos años de amor se vaciasen.
¿De tanto haberte amado me podrás perdonar?

Déjame entre extranjeros la cara contra el muro,
que en mis ojos se hiele la luz de mis pupilas,
y así, cuando este barro a la tierra retorne,
¿quién sabrá ya quién soy, quién ya de dónde vengo?
y mis lamentaciones, atravesando el muro,
pedirán para mí el eterno reposo.
Sólo desearía que alguien cerca de mí
pronunciase tu nombre sobre mis ojos ciegos,
y después-si así quieren-que me echen al camino…
Más dicha yo tendré que la que tengo ahora.
Del horizonte llega la bandada de cuervos,
oscureciendo el cielo sobre mis turbios ojos;
que la tormenta estalle sobre el haz de la tierra,
mi barro al polvo vuelva, mi corazón, al viento…

Pero tú sigue en flor como luna de abril,
con tus ojos violeta, tu sonrisa de niña,
pues aunque seas joven siempre lo serás más,
pero no me recuerdes, pues de mí yo me olvido.

Versión de Rafael Alberti y María Teresa León

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La oración de un Dacio

Cuando aún no existían ni muertos ni inmortales
ni manantial había ni almendra de la luz,
ni nacido mañana, ni hoy ni luego ni siempre,
porque todas las cosas eran tan sólo una;
cuando la tierra, el cielo, el aire y este mundo
estaban en el número de lo que no existía,
entonces Tú eras solo, por eso me pregunto:
¿A qué Dios entregamos, humilde, el corazón?

Él sólo ya existía primero que otros dioses
y del profundo océano dio las fuerzas al rayo,
a los dioses el alma, a los hombres la dicha,
y es para los humanos manantial de salud.
¡Levantad vuestro coro! ¡Glorificadle en cantos
al que es fin de la muerte, resurrección y vida!

Para que la luz viera, Él me ha dado los ojos
y me ha llenado el alma de la suma piedad.
Puedo escuchar su paso entre el clamor del viento
y en una voz que canta reconocer su voz.
Mas siempre le mendigo algo de añadidura:
¡Que me permita entrar en el reposo eterno!

Que maldiga a quien piense tener piedad de mí,
que bendiga clemente a quien me está oprimiendo,
que escuche complacido a quien de mí se burle
y dé fuerzas al brazo que querría matarme,
permitiendo que triunfe sobre todos los otros
el malvado que quite hasta el pan de mi boca.

Rechazado por todos atravieso los años,
hasta que ya sin lágrimas vea secos mis ojos.
Cuando todos los hombres se yergan enemigos,
cuando yo no consiga casi reconocerme,

cuando los sufrimientos mi bondad petrifiquen
y llegue a maldecir la madre que he adorado,
cuando la ira cruel me parezca el amor…
el dolor olvidando, ya me podré morir.

Y si extranjero muero fuera de ley, entonces
este indigno cadáver tirad lo en la calleja,
y yo te ruego, Padre, desde el premio más alto
a quien mande a los perros rasgar mi corazón.
Y si alguien me apedrea golpeándome el rostro,
¡dale la vida eterna, Señor, tenle piedad!

Sólo de esta manera, Padre, te daré gracias
por la dicha que tuve de vivir en el mundo.
Para pedirte bienes no doblé la rodilla,
para la maldición quisiera conmoverte
y sentir que a tu soplo mi aliento se evapora
y en la extinción eterna me diluyo sin rastro.

Versión de Rafael Alberti y María Teresa León

 

 

«LOS LIBROS,EL PERRO Y NUESTRAS ROSAS».POEMAS DE PAUL GÉRALDY

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PAUL GÉRALDY

Paul Géraldy es un poeta y dramaturgo francés cuyo nombre real era Paul Lefèvre que nació en ParísFrancia el 6 de marzo de 1885 y falleció en Neuilly-sur-Seine el 10 de marzo de 1983. Su padre el periodista Georges Lefèvre tuvo cierto renombre por la traducción de «Romeo y Julieta» en 1890. Usó como seudónimo su apellido materno.

FUENTE: http://es.wikipedia.org

 

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Publicó su primera recopilación titulada Les petites âmes en 1908 y alcanzó gran éxito popular con la segunda recopilación titulada Toi et moi en 1912 un conjunto de poemas livianos de corte romántico, inspirados por su gran amor, la bella cantante de ópera Germaine Lubin con la que se casó, terminando el matrimonio en 1926 a raíz de una relación amorosa de su esposa con el mariscal Philippe Pétain.

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Su teatro es un teatro sicológico tradicional dentro del cual saca a la luz las relaciones familiares en el seno de la pequeña burguesía intelectual del período de entreguerra en el que se destacan las obras Aimer de 1921, Le prélude de 1938 y L’homme et l’amour de 1951.

Su poesía es simple y, a veces, torpe y llena de trivialidades, pese a lo cual obtuvo un cierto éxito entre el público femenino. Géraldy volcaba sus confidencias con lenguaje de todos los días (Vous et moi esto es «Usted y yo»).

Fue cofundador de Cenáculo 20 con Chaplin y Gershwin en 1920 e hizo parte del Consejo Literario de la Fundación Príncipe Pierre de Mónaco a partir de 1952. Géraldy no figura en la antología de poesía francesa de Pierre Seghers, por lo que permanecía casi desconocido para la generación nacida después de la guerra. El periodista Jean-François Kahn lo «redescubrirá» y lo hará redescubrir al público en un programa televisivo al comienzo de los años 80′. Fue un asiduo huésped de Sainte-Maxime, en su casa «Toi et moi».

Falleció a la edad de 98 años en Neuilly-sur-Seine el 10 de marzo de 1983.

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Algunos fragmentos

  • Dualisme
Chérie, explique-moi pourquoi
tu dis : « mon piano, mes roses »,
et : « tes livres, ton chien » … pourquoi
je t’entends déclarer parfois:
« c’est avec mon argent à moi
que je veux acheter ces choses. »
Ce qui m’appartient t’appartient !
Pourquoi ces mots qui nous opposent:
le tien, le mien, le mien, le tien?
Si tu m’aimais tout à fait bien,
tu dirais : « les livres, le chien »
et : « nos roses ».
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(Toi et moi)
Querida, explícame porqué
tu dices «mi» piano, «mis» rosas,
tus libros, tu perro … porque
te escuché frecuentemente:
es con mi mismo dinero
que voy a comprar esas cosas.
Lo que me pertenece es tuyo !
Porqué esas palabras que nos apartan:
lo tuyo, lo mío, lo mío, lo tuyo?
Si tu me amaras mucho,
dirías : « los libros, el perro
nuestras rosas.

(Toi et moi)
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FUENTE: http://zonaliteratura.com

 

TRES POEMAS DE PAUL G.

Distancia

Turbóme como a un niño
tu cita telefónica.
Una hora antes dije
que nadie me entraría
al cuarto, donde todas
las luces extinguía
para esperarte a oscuras.
Zumbábanme las sienes.
Dudaba si en la sombra
cargada de promesas
fragantes de tu voz
quizás no sentiría
el soplo de tu aliento.
De pronto el llamamiento.
Yo creo que mi pulso
se detuvo un momento.
Hablaste. Yo te oía.
Las voces que dijiste
venían de otro mundo.
De un sólo único impulso
tu pobre voz debía
saltar colinas, llanos
ciudades, campos, selvas,
correr por las riberas
de ríos y a lo largo
de rutas y de sendas.
Por eso me llegaba
tu voz disminuida,
tan tenue y tan cambiada
que quien me conversaba
aquí en el aposento
ya no era tu persona,
más bien era una sombra,
fantasma de tu voz.
Díjeme antes, amada,
que yo te sentiría
en mí como inclinada
sobre mi boca ardiente
y que si no presente
al menos te hallaría
mil veces acercada.
Así no fue; al contrario,
se me hizo ese instante
más largo. La distancia
crecía inmensamente.
Y luego, de repente,
surgiste al fin de ese hilo
engañador, más lejos,
horriblemente lejos,
y me encontré delante
del aparato, triste,
más lúgubre e intranquilo,
más solitario que antes.

Versión de Ismael Enrique Arciniegas

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Casualidad

Y pensar que pudimos no habernos conocido!
¿No meditas cuán buena nuestra fortuna ha sido
para que al fin estemos uno del otro al lado,
para que seas mía, para ser yo tu amado?

“El uno para el otro nacimos… Así dices.
Pero ¡qué coincidencias para ser tan felices!
Antes de que en la vida, con un amor profundo,
la suerte unido hubiera tu corazón al mío
-siendo el tiempo tan largo, siendo tan grande el mundo-;
vivimos separados, solos, con hondo hastío…
¡Y pudimos entonces, por capricho del hado,
en el haz de la tierra no habernos encontrado!

¿No has pensado, en el arduo sendero recorrido,
en los peligros graves y azares que ha corrido
nuestra dicha -esa dicha, manantial de ilusiones,
que el mundo entero ahora nos hace ver hermoso-
cuando el uno hacia el otro, con poder misterioso,
gravitaban callados nuestros dos corazones?

¿No sabes que ese viaje no tenía certeza,
el viaje hacia una noche por mí no presentida,
de que un capricho apenas o un dolor de cabeza
han podido apartarnos para siempre en la vida?

Nunca te había dicho, ¡cosa muy rara!, que
cuando por vez primera te vi, no me fijé
en que eras tú bonita; lo digo francamente:
te miré aquella noche con aire indiferente.

Con su risa, tu amiga mi tedio distraía;
fue más tarde cuando ambos cruzamos la mirada,
y si algo sentí entonces que hacia ti me atraía,
tú no lo comprendiste… Mas no me atreví a nada.

Si esa noche tu madre te hubiera conducido
más temprano a su casa, ¿qué habría sucedido?
¿Y si el rubor no hubiera de pronto, cuando el manto
te coloqué en los hombros, a tu rostro subido? .
Porque ésa fue la causa de todo lo ocurrido.

Aquella noche, aquélla de inolvidable encanto,
un retardo cualquiera, cualquier inconveniente
que en ese viaje hubiera surgido de repente,
esta embriaguez de ahora ninguno sentiría,
ni este placer sin nombre que absorbe nuestra mente.
En mi alma, que es otra, tu amor no existiría,
y tu vida, en mi vida nada… nada sería!

Corazoncito mío, que me apartas lo triste
de la vida, y alegras con luz mi porvenir…
Pienso en aquellos días cuando enferma estuviste
y creíamos todos que te ibas a morir.

Versión de Ismael Enrique Arciniegas

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Final

Adiós, pues. ¿Nada olvidas? Está bien. Puedes irte.
Ya nada más debemos decirnos… ¿Para qué?
Te dejo. Partir puedes. Pero aguarda un momento…
está lloviendo. Espera que deje de llover.
Abrígate. Está haciendo mucho frío en la calle.
Ponte capa de invierno. Y abrígate muy bien.
¿Todo te lo he devuelto? ¿Nada tuyo me queda?
¿Tu retrato te llevas y tus cartas también?
Por última vez mírame. Vamos a separarnos.
Óyeme. No lloremos, pues necedad sería…
¡Y qué esfuerzo debemos los dos hacer ahora
para ser lo que fuimos… lo que fuimos un día!
Se habían nuestras almas tan bien compenetrado,
y hoy de nuevo su vida cada cual ha tomado.
Con un distinto nombre por senda aparte iremos,
a errar, a vivir solos… Sin duda sufriremos.
Sufriremos un tiempo. Después vendrá el olvido,
lo solo que perdona. Tú, de mí desunida,
serás lo que antes fuiste. Yo, lo que antes he sido…
Dos distintas personas seremos en la vida.
Vas a entrar desde ahora por siempre en mi pasado;
tal vez nos encontremos en la calle algún día.
Te veré desde lejos con aire descuidado,
y llevarás un traje que no te conocía.
Después pasarán meses sin que te vea. En tanto,
habrán de hablarte amigos de mí. Yo bien lo sé;
y cuando en mi presencia te recuerden, encanto
que fuiste de mi vida, «¿Cómo está?» les diré.
Y qué grandes creímos nuestros dos corazones,
¡y qué pequeños! ¡Cómo nos quisimos tú y yo!
¿Recuerdas otros días? ¡Qué gratas ilusiones!
Y mira en lo que ahora nuestra pasión quedó.
Y nosotros, lo mismo que los demás mortales,
en promesas ardientes de eterno amor creyendo.
¡Verdad que humilla! ¿Todos somos acaso iguales?
¿Somos como los otros? Mira, sigue lloviendo.
Quédate. ¡Ven! No escampa. Y en la calle hace frío.
Quizá nos entendamos. Yo no sé de qué modo.
Aunque han cambiado tanto tu corazón y el mío,
tal vez al fin digamos: «¡No está perdido todo!»
Hagamos lo posible. Que acabe este desvío.
Vencer nuestras costumbres es inútil. ¿Verdad?
¡Ven, siéntate! A mi lado recobrarás tu hastío,
y volverá a tu lado mi triste soledad.

pasado-atrasHOMBRE QUE CONSIGUIÓ DEJAR ATRÁS SU PASADO

Hombre que consiguio dejar atras a su pasado.17x17x8